Tras el fallecimiento del legislador Horacio Quiroga, el uñaquismo perderá un importante espacio de representación en la estructura estatal y sólo le queda decidir cuál. En la lista de sucesión en Diputados sigue Florencia Peñaloza, de la pata ibarrista, pero si asume dejará libre el puesto de defensora del Pueblo que ocupa hoy y a futuro se da por descontado que el oficialismo designará allí una figura propia. La alternativa es que la banca quede para un hombre del bloquismo, partido que ya no es socio y que hoy está más cerca del orreguismo. Hasta este jueves, todo indica que el espacio del exgobernador terminará resignando el escaño legislativo.

La muerte de Quiroga genera por estas horas un doble trago amargo para el uñaquismo, que tiene el bloque mayoritario en la Legislatura como principal fuerza de oposición. Además del dolor por el repentino adiós del líder del Frente Grande, la coyuntura le provocará una pérdida de espacio.

El dilema se presenta a partir del mecanismo de sucesión que marca la ley. Peñaloza, del riñón de Mauricio Ibarra, que es uno de los principales operadores del uñaquismo, es la que sigue en la lista de candidatos a diputado proporcional que se conformó en 2023 y quién debería asumir en lugar del fallecido. Lo que pasa es que actualmente es la defensora del Pueblo, le quedan cinco años para cumplir mandato y su renuncia para irse a Diputados le haría perder al uñaquismo el control del organismo.

La primera reacción en las filas del exgobernador Sergio Uñac estaba orientada a qué Peñaloza dé un paso al costado y se integre a la Cámara de Diputados. Sin embargo, esa posibilidad fue perdiendo fuerza en las conversaciones que se dieron en la previa y durante la Navidad.

Fuentes peronistas aseguraron que, tras varias discusiones, Peñaloza se quedaría dónde está. No solamente porque el cargo le permite un perfil más alto, sino porque interpretan sería muy desprolijo renunciar cuando lleva recién un año de gestión y todavía le queda mucho para completar el mandato para el que fue designada por la Legislatura. Suman los compromisos que asumió ella personalmente con sectores vulnerables de la sociedad sanjuanina que buscan representación para reclamar por algún derecho no cumplido.

Hay un elemento más. Su asunción como diputada no movería la aguja en la Legislatura, puesto que no sería suficiente para neutralizar la autonomía que obtuvo en este primer año de gestión el oficialismo a través de acuerdos con algunos aliados, como el bloquismo, lo que le ha permitido aprobar iniciativas propias y del Ejecutivo sin la ayuda del PJ.

De esta forma, todo parece encaminarse a que el lugar vacante quede para el bloquista Federico Rizo, que es el siguiente en la lista. Para el uñaquismo, que preservaría la Defensoría del Pueblo, eso y quedarse sin una banca es lo mismo.

La nómina de candidatos a diputados se armó cuando el PJ y el partido de la estrella eran socios y cuando tenían expectativas de triunfo y que la amalgama continuara más allá de diciembre de 2023. Sucedió lo contrario: la derrota electoral pegó fuerte, la alianza se quebró y en el peronismo saben que Rizo responderá al bloque de su partido y su presidente, Luis Rueda, que vienen acompañando al orreguismo en las votaciones.

En el medio de las conversaciones, puertas hacia adentro surgieron algunas reflexiones en tono de pase de factura. “Nada de esto pasaría si en su momento no se le daba tanto protagonismo al bloquismo y había más gente del riñón en la lista”, aseguró un dirigente del sector uñaquista.