El pasado 2 de junio marcó un hito histórico para el departamento de Sarmiento con la graduación de la primera promoción de bomberos voluntarios. En una  zona que hasta ahora carecía de un estamento propio de bomberos, la formación de 13 nuevos voluntarios representa un avance significativo para la seguridad y protección de la comunidad. Esta primera promoción se recibió en el Día Nacional de los Bomberos Voluntarios, un simbolismo de lo que representan.

Entre los nuevos bomberos, destaca la historia de Alejandra Russo, una mujer de 50 años que hasta hace poco solo era la encargada del comedor de la Escuela Agrotécnica, donde se impartieron las clases teóricas y prácticas del curso. Alejandra contó a Diario 13 cómo se integró en este nuevo rol de manera inesperada.

"Yo me quedaba ahí hasta que terminaban las clases. Me fui metiendo de a poco y me fue gustando", comenzó. "Empezó la llama de la vocación. Me gustaba lo que veía en las clases. Un día, conversando con Mayra, la instructora, le comenté lo que me pasaba", dijo la sarmientina.  "A la semana siguiente, me dijo que tenían una propuesta para mí, pero nunca me imaginé que era esta. Pensé que tenía que ver con mi rubro, que es la cocina. Cuando me llamaron, me hicieron la propuesta de si quería ser auxiliar de bombero. No lo dudé porque ya venía asistiendo a las clases, escuchándolos, y así comenzó mi historia en bomberos", relató Russo.

El curso incluyó certificaciones en primeros auxilios, forestación e incendios, y Alejandra destacó el esfuerzo y dedicación que implicó cada etapa. "Con las clases, cada vez era más esfuerzo. Los momentos de rendir cuando rendimos los primeros auxilios, nosotros tenemos certificaciones de que somos socorristas en primeros auxilios y los exámenes de forestación, luego lo que es incendio", dijo. "Nunca nos imaginamos que este 2 de junio nos íbamos a recibir con tantos honores y felicidad", compartió.

Inicialmente, el rol de Alejandra y otra mujer de su edad era ser auxiliares de bomberos, lo que implica atender llamadas en el cuartel y no participar directamente en los rescates. Sin embargo, la instructora Mayra y el señor Daniel les preguntaron si querían ser bomberos activos. "Nosotros no nos habíamos preparado para estar detrás de un escritorio. Queríamos ser bomberas. Estamos capacitados para socorrer. Es un honor mayor", comentó. "Sé que tiene mucho riesgo la carrera porque hay situaciones fuertes que nos ha tocado vivir, pero estamos preparadas para poner todo de nosotras", afirmó Russo con determinación.

Los nuevos bomberos aún no cuentan con un lugar o los elementos necesarios, por lo que comenzarán a trabajar en el cuartel de la Policía de Bomberos en el destacamento del Barrio Covisar. A pesar de las distancias entre los distritos, los voluntarios están comprometidos a estar cerca de quienes los necesiten. "Para ellos, es un gran honor ser parte de esta profesión. Cuando se dieron a conocer a la población, vivieron con muchos nervios y ansiedad de que conocieran quiénes eran realmente y que no había ninguna mentira detrás de su nombramiento", destacó un portavoz del cuartel.

En medio de este gran grupo de compañeros, Alejandra también cuenta con el apoyo de su hijo quien también es parte del equipo de Bomberos, lo que refuerza aún más su compromiso con esta nueva etapa de su vida. Aunque para ella ese detalle es fundamental.