Además de presentarle algunas complicaciones a los propios jóvenes que padecen este trastorno, el hecho de enseñarle a alumnos disléxicos también representa un reto para los docentes. En ese sentido, en el Día Mundial de la Dislexia, una docente experimentada en la materia contó cómo se logra incluso detectar a estudiantes que todavía no tienen el diagnóstico.

Mara Medina, es una auxiliar bilingüe (Español - Inglés) con más de 11 años de experiencia, oriunda de la provincia de Santa Fe. Ella fue la encargada de contarle a Diario 13 como se trabaja dentro del aula, con estudiantes que tengan este trastorno neurobiológico.

'Si bien los docentes no diagnosticamos, si podemos notar algunas señales o marcadores que nos hagan avisar a las familias que sus hijos deberían visitar una psicopedagoga, ante la posibilidad de que tengan dislexia o alguna dificultad del aprendizaje. El principal signo que podemos notar es una equivocación en el orden de escritura de las sílabas. Por ejemplo 'zapallo' por 'pazallo'. Puede haber confusión de letras con forma similar, como la a y la e minúscula o las mayúsculas EFHK o BPR', detalló.

El desafío de enseñarle a alumnos con dislexia, contado en primera persona
Mara Medina

Curiosamente, Medina reveló una cuestión que no es muy comentada popularmente. En su caso, al enseñar un idioma nuevo para los jóvenes como lo es el inglés, imaginariamente pone a los jóvenes disléxicos en el mismo punto de partida que sus compañeros. Todos parten de cero, lo que le genera menos incomodidad y presión a estos alumnos.

'En mi caso como docente de idioma, es necesario dejar de lado los supuestos o prejuicios. No siempre un alumno con dislexia en castellano tendrá inconvenientes para el inglés. Son más las veces que la lengua extranjera, con cambios en la entonación, la musicalidad del lenguaje y con diferencias en la configuración de las palabras, ofrece al alumno la oportunidad de soltarse para leer y escribir, reduciendo el estrés, las expectativas, la frustración que son en muchos casos 'agravantes'', explicó.

Por último, la educadora entrevistada trató de llevarle un mensaje de tranquilidad no sólo a estas personas, sino a sus familiares y allegados. Al tener dislexia, si el estudiante está bien acompañado y cumple con las recomendaciones de los especialistas, podría a largo plazo casi no afectar en prácticamente nada su formación académica.

'Siempre que trabajo con alumnos con dislexia hablo con ellos y sus familias para transmitir calma: la dislexia es una condición pero no condiciona. No hay que permitir que el diagnóstico limite al estudiante con temores preestablecidos. Con el correr de los años y tras cruzar la adolescencia los alumnos sanean cognitivamente la dificultad lingüística, creando estrategias propias que se vuelven naturales para leer y escribir igual o mejor que sus compañeros de clase', sentenció.