Eduardo Garcés, presidente de la Federación de Viñateros de la provincia de San Juan, denunció en Cien por Hora, sobre la creciente ola de robos que afecta a los productores locales, con especial énfasis en el hurto de materiales como madera, alambres y cobre. 

"Hay que controlar las chacaritas. No producimos cobre, pero somos los mayores exportadores", señaló Garcés, subrayando la ironía de la situación.

Garcés relató que este problema de inseguridad ha persistido y se ha intensificado, especialmente después de la cosecha, aunque este año los robos han sido constantes. "Hay varios productores que han ido contando lo que ha sucedido en diferentes departamentos de la provincia. Siempre, todos los años, después de la cosecha es cuando más se intensifican estos delitos, pero este año tenemos parejo y aumentado más que nunca", afirmó.

La situación es desesperante para los viñateros. Garcés compartió su propia experiencia: "De 30 hectáreas de parral me robaron para los alambres y demás, y los policías nos dicen que no pueden hacer nada. Una vez, me dio tanta vergüenza por ellos, vergüenza ajena, porque vi a dos policías saliendo de mi finca con dos palos cada uno. No sé si era frío o si iban a comer un asado".

Para Garcés, la única solución viable sería tener vigilancia las 24 horas del día en cada parcela de tierra, una medida que resulta impráctica. "Hace un par de años me robaron donde teníamos un pozo que está a 300 metros de la calle. Había una línea aérea y me las robaron. Contratamos una retroexcavadora, hicimos la línea a un metro de profundidad y también me los robaron", narró con frustración.

El problema no se limita a su finca. "Este panorama se repite en otros departamentos. Lo primero que les gusta a los ladrones son los cables. Es impresionante cómo hacen, rompen y a veces han desarmado tableros de una llave arrancadora. Roban maderas y trabas, y la policía en realidad deja mucho que desear. Yo sé que a veces no dan abasto, pero tienen que tener y hay que desatarle las manos para que puedan actuar porque entran por una puerta y salen por la otra", explicó Garcés.

El presidente de la Federación de Viñateros también sugirió una solución basada en la experiencia con el control del robo de aceitunas. "Yo participé de la comisión de la olivicultura y nos robaban la aceituna porque en todas las esquinas se compraban aceitunas. Logramos en ese momento que con la dirección de comercio implementara que tenía que tener ese que compraba aceituna un libro donde tenía que tener el número de documento, el domicilio, nombre y apellido, y cuántos kilos de aceituna había vendido. Con eso se disminuyó el robo un 80%", recordó.

Garcés concluyó que la clave está en una supervisión más estricta y en controles efectivos tanto en las propiedades como en los lugares de compra. "Creo que el control no es suficiente no solamente en las propiedades, sino también en las chacaritas. Tenemos que hacer algo y ver que esto no suceda más porque la situación está difícil y siguen robando", finalizó.