Durante las fiestas de fin de año, los Hogares Beracca en San Juan se convierten en un espacio de contención y esperanza para personas en situaciones de vulnerabilidad. Estas ocho residencias albergan a más de 110 personas que enfrentan problemáticas como adicciones, violencia de género y trastornos de salud mental. 

Además, el equipo de voluntarios, integrado por unas 60 personas, organiza cenas solidarias para quienes no tienen con quién celebrar o necesitan compañía, incluso en hospitales.

Maira Ochoa, presidenta de la Fundación ESALCU, explicó que los hogares no admiten nuevos ingresos durante diciembre para preservar el bienestar de los residentes actuales. Sin embargo, durante las fechas, hay quienes deciden regresan temporalmente con sus familias, mientras que otros eligen pasar las festividades en comunidad dentro del hogar o llevando mesas navideñas a hospitales.

“Lo importante para ellos es devolver un poco lo que obtuvieron acá en los hogares. Entonces hay quienes deciden pasar, sobre todo el 25 de diciembre que es la fecha más susceptible para todos”, contó Maira. 

Cada hogar, un enfoque

Cada hogar tiene un enfoque particular según la problemática: hay cuatro destinados a personas con adicciones (dos en Santa Lucía y dos en Médano de Oro), tres en Capital para madres con niños o problemáticas familiares, y uno exclusivo para mujeres con depresión. Todos los residentes participan en proyectos autosustentables donde aprenden oficios que les permiten reinsertarse en la sociedad.

“Más allá de dejar una adicción, lo difícil es sanar el corazón. Detrás de cada problemática hay un dolor profundo que tratamos de aliviar trabajando con el perdón y la reconciliación”, afirmó Ochoa. Los Hogares Beracca surgieron hace 15 años en San Juan, inspirados en una iniciativa en Uruguay que demostró la efectividad de este modelo de acompañamiento integral.

El trabajo de los hogares no solo busca rehabilitar a las personas, sino también fortalecer vínculos familiares y devolverles herramientas para una vida plena. Durante estas fiestas, su labor cobra aún más significado, llevando no solo comida, sino esperanza a quienes más lo necesitan.