Este domingo, un devastador incendio arrasó con varias propiedades en la localidad de Las Flores, Iglesia, dejando dos a familias sin hogar y causando estragos en sus pertenencias y negocios. Cintia Bustos, una de las vecinas más afectadas, relató en Cien Por Hora  la dramática situación que vivió junto a sus hijos y vecinos mientras las llamas consumían su hogar y su medio de vida.

“Alrededor de las dos de la tarde, salimos con mis hijos y vimos una nube de humo a lo lejos. Nunca imaginé lo que estaba por pasar. Al acercarnos, el fuego era impresionante, venía desde el fondo, donde hay pastizales y árboles”, dijo Cintia. Ella alquilaba una casa en un lote compartido y, ante la inminencia de las llamas, rápidamente alertó a sus vecinos. “Lo primero que hice fue avisarles a los otros inquilinos. Juntos tratamos de sacar agua para apagar el fuego, pero las llamaradas se nos vinieron encima”, añadió.

La rapidez y voracidad del fuego dejó a Cintia y sus vecinos sin margen de acción. “Intentamos controlar el fuego, pero en un momento simplemente fue imposible. Agarramos a los niños y los llevamos a un lugar seguro, pero no pudimos salvar nada del negocio ni de la casa", comentó. A la vez mencionó: "Perdí todo: la mercadería, la heladera, los muebles… todo está achicharrado”. Tras ello lamentó: “En un segundo, el sacrificio de tantos años se convirtió en cenizas.”

Uno de los aspectos más graves que Cintia destacó es la falta de infraestructura para combatir este tipo de emergencias en Iglesia. "No tenemos un cuerpo de bomberos en el departamento. Los bomberos vinieron desde Jáchal, y cuando llegaron ya era tarde para mi casa. Es una vergüenza", expresó. La demora en la llegada de los bomberos fue causada, en parte, por la distancia. Jáchal, el cuartel más cercano, está a unos 40 minutos de Las Flores.

Cintia también mencionó que algunos vecinos intentaron comunicarse con Protección Civil desde temprano. “Una vecina llamó a las 12:30, pero los bomberos no llegaron hasta que ya era demasiado tarde. Vino primero una camioneta del municipio que no tenía ni agua, y luego Defensa Civil, pero no alcanzaron a hacer mucho”, relató.

Para Cintia, el golpe ha sido devastador. Madre de dos niños, de seis y dos años, su principal preocupación ahora es encontrar un lugar seguro para ellos. “Mi hermana nos dio un colchón y anoche dormimos en el comedor de su casa en Albardón. Pero ella tampoco tiene espacio, y yo no tengo dónde quedarme”, dijo. “No tenemos vivienda, y lo que alquilábamos ya no se puede habitar", mencionó.

Con su almacén completamente destruido, Cintia se encuentra sin su principal fuente de ingresos. “Ese negocio era nuestro sustento, vendía desde bebidas hasta verdura. Hoy no tengo nada para ofrecerle a mis hijos”, lamentó. A pesar de la situación, Cintia mantiene la esperanza de encontrar una solución. Por ello dijo: “Le pedí al intendente que me considere para una vivienda. No quiero que me regalen nada, quiero trabajar para pagar una casa, pero necesito un techo para mis hijos.”

Según Bustos, la asistencia del municipio llegó después del incendio. “La Policía y personal de Asistencia Social vinieron y me ayudaron con colchones y algo de mercadería, pero la situación sigue siendo crítica. Perdí todo”, explicó. Además, resaltó que es necesario mejorar la capacidad de respuesta en el departamento.