Las dos muertes por accidentes de tránsito que marcaron a un sanjuanino
Guillermo Chirino, de la Asociación Familias del Dolor y la Esperanza, relató los dos grandes golpes de su vida a causa de la imprudencia al volante.
La vida de Guillermo Chirino, es una de esas trazadas por la tragedia. En su caso, decidió pedir justicia luchando por la causa de su hijo y por la de muchos sanjuaninos que perdieron a un ser querido a causa de accidentes de tránsito. Uno de los fundadores de la Asociación Familias del Dolor y la Esperanza, compartió este miércoles en Banda Ancha, las dos trágicas muertes que sufrió a causa de la imprudencia al volante.
En primer lugar, Guillermo se remontó a 1994, época en la que cursaba sus últimos años de Profesorado de Educación Física. Con su novia, con la que estaba a punto de casarse, se compraron una moto para trasladarse y en una de esos viajes a ‘La Granja’ por Circunvalación, una mujer de apellido Rosales los embistió y la que se llevó la peor parte fue Andrea Verónica Cardozo, su pareja.
Para la joven novia de Chirinola muerte fue su suerte un 2 de junio de 1994. En cuanto a Rosales, que en un Torino atropelló y huyó, la Justicia decidió que no debía ir presa ni un solo minuto, por lo que el crimen quedó impune. Además, el mienbro de la asociación sanjuanina comentó que cinco días después del accidente, la responsable del mismo, que anteriormente había huido, se presentó a la Policía. ‘Se podría decir que ese fue mi primer duelo en siniestros viales que marcó mi vida’, dijo el incansable luchador rememorando un difícil episodio en su vida.
Veintiún años después, en 2015 a Guillermo le tocó perder a su hijo de 13. El rawsino recordó detalles del fatídico hecho, y hasta del antes y después. Esa trágica noche, había ido a retirar a Lautaro de un cumpleaños. Cuando ambos estaban camino a casa, a solo unas cuadras, en la esquina de José María Paz y Neuquén, a una cuadra de la Plaza de Villa San Damián, un móvil de la Policía Comunal de Rawson sin luces, sin sirena, que se dirigía a un requerimiento de los cuales solo la Policía de San Juan se puede ocupar, chocó de atrás la camioneta y mató instantáneamente al joven.
El vehículo había excedido los 40k/h permitido en calles urbanas, además de las otras infracciones graves ya mencionadas. Desde la municipalidad de Rawson y la aseguradora con la que trabajaban se defendieron en la justicia diciendo que Guillermo conducía a 60 km/h, y los policías municipales a 40 km/h. Algo bastante difícil de verificar, puesto que cuando se dio la colisión, la camioneta hizo dos trompos y fueron a parar contra un poste de luz.
La causa de Lautaro prescribió. Otra muerte por accidente de tránsito que quedó impune. Chirino aseguró que los peritos accidentológicos fallaron a favor suyo. La jueza Tettamanti, que llevó adelante la causa, ya dio su veredicto, y se cerró la causa.
‘No puede ser que con Andrea la persona nunca fue a prisión, nunca le hicieron nada a la señora Rosales, y desde ese caso al 2015 que fue el accidente me pongo a investigar, y la Justicia no cambió en lo absoluto’, cerró el sanjuanino al que dos accidentes de tránsito lo marcaron para siempre.