En una conversación sincera, Florencia compartió su experiencia como madre de un niño de 12 años con hipoplasia. En exclusiva para Diario 13, la mujer que fue gendarme, relató las luchas y los desafíos a los que se enfrenta su familia para poder brindarle una vida mejor a Nico su hijo con una extraña enfermedad. 

Florencia es una sanjuanina que pone de manifiesto que quien quiere puede. Ella, junto con su marido, quien trabaja como camionero, tiene tan solo un hijo, Nicolás, quien padece hipoplasia. “Es nuestro único hijo. Tomamos esa decisión. Bueno, yo antes era gendarme y, a raíz de que nace él, con esa discapacidad, me dediqué a ser mamá", comentó.

Durante una charla, ella comentó la complejidad de su maternidad. No por la enfermedad de su hijo, sino por los factores externos, como la obra social, la discriminación y la adaptabilidad para con las personas con discapacidad. Sobre la cobertura de la obra social, ella indicó que se vuelve insuficiente, dejando a la familia enfrentar problemas médicos graves y costos significativos. La crisis de las obras sociales y la falta de cobertura integral para las condiciones de salud específicas se convierten en obstáculos para Florencia y su familia.

Florencia señaló con preocupación: "Por ejemplo, el otro día se cayó, se corrió la rótula de la rodilla, tiene problemas en los meniscos, se le desplazó un pedacito de cartílago y se le ha formado un coágulo de sangre entre los huesos. Bueno, de eso todo nos tuvimos que hacer cargo nosotros". La sanjuanina sumó: "Y bueno, y vayas a donde vayas, a que lo atienda un médico y te pida el plus. Imagínate, el último médico que lo llevé para que le inyectara en la rodilla le cobró 4,200 pesos de plus."

En medio de su camino como madre, Florencia vio cuáles eran las dificultades de su hijo y lo ayudó. No solo en lo básico, como la higiene o la alimentación, sino que también ideó herramientas para autonomizar su vida. De este modo, ella le creó un compás para que pueda hacer sus dibujos en la escuela sin problema, e incluso ella le enseñó a escribir.

Para Florencia, nada fue fácil, mucho menos ver a su hijo llorar debido al acoso que le hacían sus pares cuando era más pequeño. De esa manera, tomó las riendas y comenzó a enseñarle cómo afrontar esas burlas maliciosas y a quererse tal y como es. “Mi hijo tenía cuatro años y se ponía medias en las manos porque no podía usar guantes para que no le vieran las manos. A mi hijo le decían manos de foca, le decían simio, le decían manco, le decían manito floja, qué cosas no le han dicho. Y él llegó a un momento en que se odiaba. Tenía tres años y lloraba todos los días. Me decía, ¿por qué nací así mamá? ¿Por qué el mundo me odia? Y entonces empezamos a darle apoyo, a hablarlo, a ponerlo frente al espejo, a decirle mira qué hermoso que sos, a desarrollar sus capacidades artísticas”, explicó Florencia.

“A los cuatro años aprendió a leer solito y a destacar lo positivo en lo que él podía hacer, a superarse todos los días y a aprender que no todos tenemos las mismas facilidades en todas las cosas, que algunos son mejores estudiando y otros son mejores en las condiciones físicas”, compartió la ex gendarme. Ella señaló que desde su punto de vista “todos los días se aprende algo nuevo y nosotros con Nico hemos construido una base de amor y aprendizaje enorme que nos hace crecer todos los días como personas. Él es lo más importante que nos ha pasado en la vida y seguirá siéndolo, ya que él se supera todos los días”.

Si bien Florencia ha criado a un hijo autosuficiente, con amor propio y mucha alegría, sabe que las dificultades de la vida adolescente no tardarán en llegar. Por ello, ha comenzado una colecta para reunir la suma de 150 mil dólares, que serán utilizados para que el Dr. Francisco Soldado lo opere. Este profesional de la salud se especializa en su caso y vendrá al país en diciembre. Según comentó esta madre sanjuanina, incluso se sube a los colectivos para vender números e informar sobre la hipoplasia. “Yo salgo a repartir volantes en el colectivo, en la terminal, en la escuela de Nico”, dio a conocer. “Hice una rifa para juntar fondos y ayudarnos, ya que alquilamos y los gastos que tenemos con Nico son muchos. Además, mi marido es el único que trabaja. En sus viajes, se va 15 días, pero en cada punto del país al que va, lleva la foto de Nico y vende números”, comentó.

Aquellos que deseen colaborar pueden ponerse en contacto con la familia de Nicolás a través de Instagram @2pulgaresparaNico o llamando al teléfono 264-5025-184. Su historia es un testimonio inspirador de perseverancia y esperanza en medio de desafíos.