Trap: radiografía del fenómeno musical del momento
Derivado del reggaetón y hip hop. Sorpresa. Esa es la palabra que todos usan para intentan explicar la explosión del trap en Argentina, que constantemente suma exponentes, público, canciones y, por sobre todo, millones y millones de reproducciones en las distintas plataformas.
Derivado del reggaetón y hip hop. Sorpresa. Esa es la palabra que todos usan para intentan explicar la explosión del trap en Argentina, que constantemente suma exponentes, público, canciones y, por sobre todo, millones y millones de reproducciones en las distintas plataformas.
Neo Pistea es uno de los grandes referentes del género que no para de crecer.
Sorpresa. Esa es la palabra que todos usan para intentan explicar la explosión del trap en Argentina, que constantemente suma exponentes, público, canciones y, por sobre todo, millones y millones de reproducciones en las distintas plataformas.
Es el sonido del momento y en Argentina el exponente es Duki, que con 22 años logró ponerse a nivel de los referentes mundiales: su tema She Don´t Give a FO suma 150 millones de reproducciones en YouTube. Una cifra que envidiaría cualquier estrella mundial.
Duki, el gran exponente del género que el próximo 5 de octubre se presentará en el Luna Park.
Hace menos de un año que explotó este nuevo fenómeno musical que tiene sus orígenes en los años 90’ en el sur de los Estados Unidos, con la ciudad de Atlanta a la cabeza, y que sumó ritmos del reggaetón, la electrónica y, aquí también, del rock. Las voces surgieron de las riñas de gallos, propias del rap.
Con el puertorriqueño Bad Bunny como principal exponente internacional, en la Argentina el primer éxito de trap fue B.U.H.O, publicado el año pasado. Midel, Arse y Khea son los intérpretes y Omar Varela, el productor. “Antes había temas de trap volando por ahí pero tenían otra calidad de sonido. Este es medio rockero, con electrónica y hip hop. Pegó mucho. La empezaron a pasar en los boliches y superó las visitas de cualquier otro tema de trap argentino”, cuenta Omar.
Varela, de 20 años, es el fundador del sello Mueva Records y uno de los mejores creadores de beats (base rítmica) del género. Su relación con la música comenzó con clases de piano y luego pasó por el conservatorio, pero el oficio de productor lo aprendió mirando tutoriales de YouTube. Produjo metal, cumbia, electrónica y “en un momento me volqué a la música urbana y pasó lo que pasó”. Realizó junto a Duki Hello Cotto, que superó las 51 millones de reproducciones en una de sus tantas versiones, y luego con Khea, Duki y Cazzu el hit Loca, que catapultó al trap nacional a todo el continente y Europa.
Omar Varela, el amo y señor del sonido del trap argentino tiene apenas 20 años.
“La calidad de sonido y el estilo que impusimos fue aceptado por la mayoría del público argentino”, cuenta Omar, sobre el furor –en su gran mayoría- de jóvenes y adolescentes de todos los estratos y sectores sociales.
¿Por qué explotó ahora el trap?
No lo sé. Pero sí sé que Argentina estaba medio detenida en lo que es música urbana, que ahora se embanderó detrás del trap.
Argentina estaba medio detenida en lo que es música urbana, que ahora se embanderó detrás del trap. La calidad de sonido y el estilo que impusimos fue aceptado por el público.
OMAR VARELA
Para hablar de trap (término estadounidense para denominar el lugar donde se venden drogas ilegalmente) hay que nombrar al Auto-tune, el efecto aplicado a las voces, que adquieren un timbre artificial, medio robótica, un sello distintivo del género. Ese que tanto despreció Charly García en los últimos Premios Gardel. “¡Hay que prohibir el Auto-tune!”, pidió. A eso se le suma una rima un tanto más monótona que la del rap y unas bases más lentas. Todo apoyado en la imagen de sus intérpretes, que explotan al máximo sus redes sociales y no trabajan con las viejas reglas de las discográficas.
Dakillah, con 17 años, es una de las referentes del trap local. Su primer tema fue “NumberOne”.
“Yo no tengo muchas canciones para hacer un disco”, reconoce Dakillah, quien se afianzó como una referente femenina con sus temas Act1tud y NumerOne, que supera los 6 millones de views en YouTube. “Sacás el tema, y si no funciona como se espera, se saca otro”, cuenta.
Ella comenzó escuchando jazz y blues pero a los 12 años su hermana la llevó a una plaza donde se juntaban “unos raperos a tirar rimas”. Comenzó con el freestyle, fue a competencias y una de sus presentaciones se viralizó. “Todos mis temas son de trap. Porque te permite contar que estás triste, pero de una forma movida. Prefiero reflejar tantos sentimientos con el trap, y no tanto con el estilo del rap noventero, que no es mi onda porque suena más triste”.
¿Cuáles son tus objetivos en la música?
Tengo muchísimos… Uno sería que mi música llegue a todos lados. Que la gente se sienta identificada con lo que escucha, porque es algo real, algo que me pasa. Hay chicas que me dijeron que estaban mal por algo y cambiaron al escuchar un tema mío. Eso es lo mejor.
Dakillah, junto a Neo Pistea (quien creó el trap dedicado a Lionel Messi), son dos de los “talentos” captados por Dante Spinetta para Muta Recods, el subsello de Sony Music. “A la música urbana y al rap en Argentina les llegó el momento de expansión. Los pibes pasaron de la plaza a ser los más escuchados del país. Los artistas no tienen límites. Pibes como Duki, Neo, Paulo Londra están haciendo un quilombo durísimo”, se ilusiona Dante con este renacer de la música urbana nacional, que después de mucho tiempo se suma a las grades ligas. “Desde IKV que no pasaba esto”.
“Lo que está pasando es una llamada de alerta para muchos. Hay gente que no tiene ni idea lo que pasa en la calle. Muchos se quedaron en el 81’ con Serú Girán. Las cosas les están explotando en la cara. Hay parte de la industria que no acepta que haya recambio. ¡Qué se joda!”, analiza Dante.
Intérpretes como Jesús Vázquez, Fianru e Irione, que están en la franja de los 30 y pico, son otros de los artistas sumados por Sony gracias a la explosión del género, situación –concuerdan- que les abrió puertas. “El trap es la piedra fundacional del hip hop nacional. Yo vengo haciendo hip hop hace más de 20 años y nunca vimos estadios llenos con pibes escuchando rap. Es la primera vez que pasa”, dice Vázquez. Y agrega: “Antes capaz los veías a los pibes juntándose en una sala de ensayo armando una bandita, y ahora los ves en una plaza tirando rimas. Hay pibes de 15, 16 años que están afiladísimos con las rimas”.
Irione suma: “Para mí es una moda el trap, pero está buenísimo que eso pase, porque nos permite mostrarnos, es una vidriera. Veremos que queda cuando baje la espuma”. Todos ellos, en sus nuevas canciones, se suman al trap, pero también guardan cierta distancia.
El trap es la piedra fundacional del hip hop nacional. Yo vengo haciendo hip hop hace más de 20 años y nunca vimos estadios llenos con pibes escuchando rap.
JESÚS VÁZQUEZ
Las críticas al trap principalmente vienen por el contenido de sus letras, que hacen referencia a la liberad sexual, las drogas, la delincuencia, y también a los despechos amorosos. “No es un género que habla siempre de lo mismo. Es simplemente un estilo de música. Lo que distingue al trap son los sonidos, no la letra o el mensaje”, defiende Varela. Por su parte, Dante sostiene: “Más allá de algunos tips de moda, creo que hay una realidad que es así. Sexo y drogas existen hace mucho. Y los cantantes reflejan lo que pasa en la calle. No estoy de acuerdo con lo que dicen todos, pero hay que aceptarlo… Mirá, la gente que se horroriza es porque tampoco está viendo lo que está pasando en la calle, porque si vieras lo que pasa no te horrorizarías”.
Fianru le resta importante a la temática de las letras (“algunos hablarán de lo que viven y otros hablan por hablar, como siempre pasó”) pero sí apunta a su falta de contenido. “Está lleno de temas románticos y eso me hincha un poco. Eso no es trap. Después también están lo que hablan con palabras de otros países o dicen ‘iuvia’ en vez de ‘lluvia’. Hay que ser uno”.
Fianru, Jesús Vázquez e Irione, tres intérpretes de hip hop que incorporaron a su sonido el trap.
Irione va por más: “Las letras son muy vacías. Está muy pegado al reggaetón. Porque cuando querés hacer contenido dentro del trap, pasas a hacer rap”. Y va por más: “Acá el que tiene que llevarse los honores es el productor, porque trap puede cantar cualquiera. Usas el Auto-tune, haces cosas raras, te tatuás la cara y listo. No es una ciencia. Va agarrado de la estética… Los tipos entran por imagen y le apuntan a los adolescentes. Nosotros esta ya la vivimos con los Backstreet Boys. A los pibes se los puede engañar con las reproducciones y eso, pero a la gente más grande no”.
Eso sí, asegura: “Gracias al trap nos dieron un tubo de oxigeno abajo del óceano a los raperos. Porque los pibes que escuchan trap quieren ir a buscar a otros artistas y atrás no hay nada. Ahí aparecemos nosotros”.
Más allá de todo crítica, el trap se consolidó de manera sorprendente como un fenómeno de masas, impulsado por adolescentes, que -todo haría indicar- llegó para quedarse.
Las estrellas internacionales también se suman
El trap es un sonido que se escucha por todos lados del planeta y lleva a figuras de la talla de Shakira, Maluma y Jennifer Lopez, entre otros, a sumarse a la movida.
Trap -más claro, imposible- es el nombre del tema que la cantante colombiana grabó junto a Maluma, un habitué del género en el último tiempo. “Con este tema asumimos un riesgo, pero es algo muy especial porque nos queremos poner la bandera del trap. Creo que está revolucionando la música urbana en el mundo entero. Y hay que reconocerle a Shakira el atrevimiento. Nunca pensé que el género iba a llegar tan lejos y menos que iba a llamar la atención de artistas como Shakira”, reconoció el autor de 4 babys, otro trap que causó polémica por el contenido sexista de su letra.
JLo también se sumó a esta tendencia mundial en su último corte, Yo quiero dinero, y en el sensual El anillo, ambos trap en spanglish.
“Pareciera que ahora si no tenés un reggaeton o un trap no vas a sonar. No hay que subirse a todas las modas. Si no te nace, no te metas. Los pibes que son reales se nota”, analiza Dante Spinetta.
Fuente: Clarín –