Cuando los sanjuaninos ganaron la calle para impedir la tala de árboles en Avenida Rawson
El malestar social se dio en la década del 40 por una decisión de un intendente de Capital. El Jefe Comunal proponía construir un boulevard.
Así como la restructuración de la Peatonal, un sisma entre el gobierno de la Capital y los sanjuaninos se dio en la década del 40. El enojo de los vecinos se daba puntualmente por la decisión del intendente de aquel entonces, Alfonso Barassi quien tenía entre cejas el proyecto de hacer un Boulevard en la Avenida Rawson, que en aquella época no tenía ese nombre.
En 1941 el Jefe Comunal de turno mandó a hacer un relevamiento de los álamos de la avenida que por esos años era conocida como ‘La calle Ancha del este’. Cabe destacar, que la avenida era muy importante para los sanjuaninos de esa época, porque era un portal de ingreso del departamento al ser una de las calles más añejas de la provincia. Conocida como la Avenida San Martín, era la división entre Santa Lucía y Capital, contaba con escenario para fiestas populares y desde la intersección con Santa Fe hasta 9 de Julio se realizaban carreras de caballos.
Toda la actividad de la calle ancha se terminaría con la construcción del boulevard. La idea del intendente era sacar los álamos viejos y colocar otros tipos de árboles y plantas. Lo que sucedió fue que cuando sacaron el primer álamo, los sanjuaninos pusieron el grito en el cielo y salieron a la calle a protestar enérgicamente. No estaban de acuerdo de perder los arboles inaugurales de la avenida, y lo hicieron saber pese a las reuniones con Barassi para amedrentar los ánimos sociales.
El Hospital Rawson se estaba construyendo, al igual que se construirían las instalaciones del Colegio Don Bosco. Lo que significaba que esa parte de San Juan estaba creciendo haciéndose más importante y la idea del gobierno capitalino era darle un marco más de paseo con el boulevard.
Finalmente, en 1949 el gobierno capitalino finalizó con la remodelación de la Avenida Rawson, que adoptó ese nombre, siguió conservando su importancia y es lo más parecido a lo que el sanjuanino conoce en la actualidad.