Cuzco es una ciudad al sur del país y según la constitución peruana es la capital histórica del país. Antiguamente fue conocida como la capital del Imperio Inca y una de las ciudades más importantes del Virreinato del Perú. Durante la época colonial y bajo la soberanía española, se construyeron iglesias, palacios y plazas. Todas estas construcciones son los atractivos que hacen que la ciudad sea el principal destino turístico del país, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1983 por la UNESCO y nombrada “La Roma de América”, debido a la gran cantidad de monumentos.​

El nombre de la ciudad varió de acuerdo a las épocas, así que se puede encontrar la palabra Cuzco en las cédulas reales del siglo XVI, hasta el siglo XX cuando el Instituto Americano de Arte, con apoyo de la Academia Mayor de la Lengua Quechua emitió una ordenanza donde cambia de forma oficial el nombre de Cuzco a Cusco generalizándose en todo el país que según la tradición inca, el nombre significa “Ombligo del Mundo”. La ciudad fue diseñada como sede de poder y su organización corresponde a una tradición Inca que la ubica en un punto central estratégico del imperio, en cuyo centro convergían cuatro caminos.

Se atribuye al jefe Pachacutec el hacer de Cusco un centro espiritual y político desde su llegada al poder en 1438. El y su hijo Tupac Yupanqui dedicaron décadas a la organización de los diferentes grupos tribales bajo su dominio y durante ese periodo, el dominio de Cusco se extendió a lo largo de 4.500 km. Se cree que el diseño original de la ciudad fue obra de Pachacutec ya que tenía forma de Puma Acostado, un animal considerado sagrado por el Inca en donde la cabeza del felino está ubicada en la fortaleza de Sacsayhuaman.

Una de las características que lograron los Incas con su plan urbano en Cusco fue el respeto por la geografía a la hora de construir sus poblados, ya que respondieron con diferentes diseños a la topografía accidentada propia de la zona andina a 3.400 s.n.m. La relación que se observa con el medio viene de una idea formal ya que los Incas creían en muchos dioses, como Inti, Pachamama, Huiracocha y estos eran personificados en formas humanas. Esta creencia formal que representaba a las divinidades se transmitió a los planos de Cusco y de ahí la forma de puma, símbolo de poder que hace referencia al hijo del dios creador.

El 23 de marzo de 1534, Francisco Pizarro funda Cusco a la usanza española y establece como Plaza de Armas la ubicación que aún existe en la ciudad desde la época del incanato y que en ese momento ya se encontraba rodeada de palacios de soberanos. Pizarro otorgó a la ciudad la denominación de La muy noble y gran ciudad del Cuzco. A pesar de esto, parte de la nobleza del Imperio Inca se rebela contra los españoles y se levantan en armas durante los primeros años de la colonia. En 1536 Manco Inca inicia sus enfrentamientos y crea la dinastía de los Incas de Vilcabamba cuya dinastía encontró su fin en 1572 cuando el último inca Tupac Amaru I es derrotado por los españoles, capturado y decapitado.

Durante la etapa de desarrollo virreinal, en la ciudad se construyen iglesias sobre antiguos edificios incas, como la Catedral del Cusco, construida en 1539 sobre la base del palacio inca de Viracocha. En 1560 se construyó la Basílica de la Virgen de la Asunción sobre el palacio Sunturwasi y para ello, los españoles se hicieron traer bloques de granito de color rojo desde la fortaleza de Sacsayhuaman. Esta enorme catedral, de fachada renacentista e interiores barrocos, posee una de las más destacadas muestras de orfebrería colonial.

Otra iglesia fue la Compañía de Jesús, construida por jesuitas sobre el Amarucancha que fuera palacio del Inca Huayna Capac. El templo dedicado al dios Serpiente, considerado una de las mejores muestras del estilo barroco colonial del continente americano. Su fachada es de piedra tallada y su altar mayor es de madera tallada revestida de panes de oro. Se construyó sobre una capilla subterránea que durante la revolución liderada por José Gabriel Condorcanqui conocido como Tupac Amaru II contra los españoles, fue usada como cárcel. Tiempo después fue ejecutado en la Plaza de Armas junto a toda su familia y descendencia.

También está la Iglesia de Santo Domingo, de estilo renacentista que fue construida sobre el Qoricancha, el edificio más importante del Imperio Inca dedicado al Dios Sol. Este templo fue llamado el Sitio de Oro ya que todos sus muros estuvieron recubiertos con láminas de oro por los Incas. La edificación sobrepasa en altura las otras edificaciones de esta ciudad y fue el lugar de residencia del Inca gobernante: el dios viviente y de alto clero, representado por un sumo sacerdote. Después del saqueo del templo, el español Juan Pizarro (hermano de Francisco) cedió el edificio a la orden religiosa de los Dominicos quienes se encargaron, en el año 1534, de la construcción de un templo católico para sustituir los dioses incas por los de occidente. Durante las excavaciones del lugar, se encontraron piezas ceremoniales, herramientas de piedra para la guerra y para el uso doméstico, adornos de conchas marinas, textiles de lana de alpaca, cráneos y momias incas.

Por su antigüedad y trascendencia, la ciudad conserva edificios, plazas y calles de épocas precolombinas y uno de sitios de interés es el Barrio de San Blas en donde se concentran los talleres de pintura y tallados, ropas de alpaca y tiendas de artesanía, pubs, hoteles, restaurantes y es uno de los sitios más pintorescos de la ciudad. Sus calles son empinadas y estrechas con antiguas casonas construidas por los españoles sobre cimientos incaicos.

Es lógico que no tengas el tiempo necesario para recorrer todo en un día ya que Cusco es una hermosa ciudad para conocer y vas a necesitar varios días. Pero no solo la ciudad es atractiva, sus cercanías guardan tesoros arqueológicos que debes visitar, así que allá vamos.

El término Sacsayhuaman significa Lugar donde se sacia el Halcón y se presume que fue una fortaleza ceremonial ubicada muy cerca de la ciudad de Cusco. Se comenzó a construir durante el gobierno de Pachacutec en el siglo XV, pero fue Huayna Capac quien le dio el toque final en el siglo XVI. Se cree que se usaron 20.000 hombres para trasladar piedras de hasta 130 toneladas desde canteras alejadas 20 km. Con el aniquilamiento de la nobleza inca desaparecieron de la memoria humana las técnicas que permitieron mostrar cómo se construyó éste santuario, que produjo la admiración de Francisco Pizarro y sus hombres. Para muchos arqueólogos e historiadores, Sacsayhuaman es la mayor obra arquitectónica que realizaron los incas durante su apogeo.

Esta gran estructura, con muros en zigzag de piedras caliza de 5 mts de alto y que encajan perfectamente entre sí, cuenta con edificios residenciales, torreones, sitios de adoración, caminos, almacenes y acueductos y es por eso que la forma y la armonía del paisaje guardan relación con otros sitios sagrados como Machu Picchu. Actualmente se puede apreciar solo el 20% de lo que fue el grupo arquitectónico, ya que durante la conquista, los españoles desarmaron sus muros y torreones para neutralizar su uso ante un eventual ataque como ocurrió con Manco Inca en 1536. Sus enormes piedras fueron utilizadas para construir casas e iglesias. En Sacsayhuaman, todos los años, se lleva a cabo la ceremonia del Inti Raymi o Fiesta del Sol que sigue teniendo lugar durante el solsticio de invierno.

Ubicado a 30 kilómetros de la ciudad del Cusco y a los pies del Cerro Intihuatana. El sitio es uno de los más importantes del Valle Sagrado. Como era costumbre en la arquitectura inca, las ciudades fueron construidas sobre la base de trazos figurativos de animales y Pisac tenía la forma de perdiz y debido a su espiritualidad fue una de las más importantes del Imperio.

Si bien Pisac tiene una parte arqueológica con terrazas para cultivo, en donde se comprueba como resolvieron el problema para sembrar en las pendientes de los cerros, también hay muchos sitios ceremoniales y el mayor cementerio inca de Sudamérica. También tiene una parte de pueblo colonial en donde su tradicional mercado, concentrado en su plaza principal, atrae a muchas personas. Ahí vas a encontrar ponchos, alfombras, productos nativos como la hoja de coca, quínoa, todo tipo de papas andinas, cerámicas, antigüedades, instrumentos musicales, joyas y piedras preciosas y muchos puestos de comida al paso, en donde las mujeres forman un telón de fondo con sus coloridas vestimentas típicas.

La ciudad tiene una leyenda muy particular que dice que el cacique Huayllapuma tenía una hija, llamada Inquill, a la que tenía que casar con el hombre que tuviese la habilidad  de construir, en sólo una noche, el puente sobre el río Vilacmayo (de mucha importancia para la defensa del lugar). Pese a la dura tarea, el príncipe Asto Rímac, acepta el reto y pide la mano de la princesa. Las autoridades dispusieron todo para que Asto Rímac iniciara las labores, mientras la princesa debía subir un cerro sin voltear ya que de lo contrario, ella y su prometido se convertirían en piedra. Casi al amanecer, el príncipe había culminado con la obra, pero Inquill, no pudo soportar más y volteó para verlo, quedando convertida en piedra hasta el día de hoy. Esa es la estatua que se puede encontrar en la ciudad.

Es un poblado y sitio arqueológico a 60 km de Cusco. Durante la época de Pachacutec conquistó la región, construyó el pueblo y sitio de intercambio, cerca del río Urubamba. Años más tarde y en época de la conquista sirvió como refugio de Manco Inca, líder de la resistencia inca, quien la fortificó y logro detener un ataque español. En la actualidad es una importante atracción turística gracias a sus construcciones y por ser uno de los puntos de partida más comunes de camino inca hacia Machu Picchu.

La ciudad es el típico ejemplo de planificación urbana inca con callejuelas serpenteantes y empedradas, con ruinas diseminadas por doquier y terrazas agrícolas típicas que resaltan la belleza del lugar. Acá las mujeres te enseñan como tiñen sus prendas con flores, raíces e incluso insectos.

Es la única ciudad del incanato en el Perú que aún es habitada y según se dice, el origen de su nombre es aimara y significa Lugar de Observación desde lo Alto.

En 1911, el explorador estadounidense Hiram Bingham siguiendo los indicios de pobladores de Cusco encontró la ciudadela de Machu Picchu, después que el lugareño Agustín Lizárraga llegara 9 años antes a la ciudad perdida de los incas. El redescubrimiento de Bingham, le costó tiempo y dinero y dicen que se quedó con unas 50.000, que fueron entregadas a la Universidad de Yale. Estas piezas fueron reclamadas durante años por el gobierno peruano pero sólo se lograron repatriar 300 de ellas. Recién a partir del año 2011, el Museo Británico, el Louvre, la Universidad de Yale y varias colecciones privadas comenzaron a devolver el resto de las piezas al Perú.

Para llegar a la ciudadela hay dos formas de hacerlo, una de ellas es realizar el Camino del Inca que es una caminata que lleva de 2 a 4 días, en donde turistas, porteadores, guías y cocineros, recorren los 40 kilómetros que separan Cusco de Machu Picchu. Los caminos son amplios y están bien señalizados, pero no se permite transitar en forma particular ya que se alcanzan los 4.200 metros de altura y es probable que existan dificultades físicas debido al mal de la altura.

Otra forma de llegar es en tren y hay dos empresas que ofrecen distintos servicios: Perú Rail e Inca Rail. El recorrido desde Cusco lleva unas 3 horas y lo particular de éste viaje es que al poco tiempo de salir se inicia una escalada a la montaña en forma de Zig-Zag, en donde el tren avanza y retrocede varias veces mientras escala los cerros hasta llegar a la ciudad de Poroy en donde cientos de vendedores abordan el tren o te ofrecen sus productos a través de las ventanas. Es un poco agotador pero hay que tener paciencia.

El tren desciende desde el punto más elevado a lo largo del Río Urubamba, hasta llegar al pequeño pueblo de Aguas Calientes en donde se desarrolló una infraestructura turística muy amplia, que va desde sencillos alojamientos de mochileros hasta hoteles exclusivos. En éste pueblo no hay vehículos, excepto los buses que suben a Machu Picchu. A pesar de ser un pueblo pequeño, es visitado por 1,5 millones de personas al año y el hecho de ser el punto final antes de llegar a la ciudadela, hace que los precios sean muy elevados.

Para llegar hasta Machu Picchu o Montaña Vieja en quechua, se puede caminar o tomar un bus que tarda una media hora en subir este camino de montaña, muy pegado al precipicio, por lo que si sufrís de miedo a las alturas, no veas para abajo. Al llegar al sitio, después de ascender escaleras, te vas quedar sin habla al ver tanta belleza construida en éste lugar que tiene de fondo una montaña elevada llamada Huayna Picchu o Montaña Joven.

Machu Picchu, está considerada una obra maestra de arquitectura e ingeniería, fue la residencia de descanso del cacique Pachacutec y algunas de sus construcciones muestran el carácter ceremonial y religioso que le dio el Imperio Inca. Se cree que la población no llegaba a 1.000 personas y la comunicación entre las regiones siempre fue posible gracias a la extensa red de caminos. El velo de misterio que se tejió a lo largo de los siglos lo convirtió en uno de los destinos turísticos más populares del planeta, siendo catalogado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad y siendo una de las 7 maravillas del mundo moderno, a la altura de Chichén Itzá en México, el Coliseo Romano en Roma, la Gran Muralla China, Petra en Jordania, el Taj Mahal en India y el Cristo Redentor en Brasil.

El área edificada de Machu Picchu es de 500 mts de largo por 200 mts de ancho e incluye al menos 172 recintos. El complejo está dividido en dos zonas: la agrícola, con terrazas para cultivo que se encuentra al sur y la zona urbana en donde vivieron sus ocupantes y se desarrollaron actividades civiles y religiosas. Acá podemos ver el Templo del Sol que es el templo principal de la ciudadela, el Templo de las Tres Ventanas, la Casa del Sacerdote y distinta salas ceremoniales. También en ésta área podemos ver el Intihuatana que es un elemento de observación astronómica y de uso calendario.

Ambas zonas están separadas por un muro, un foso y unas escaleras, elementos que corren paralelos por la cuesta de la montaña. En lo alto del muro está la puerta de Machu Picchu que contaba con un mecanismo de cierre interno. Las terrazas de cultivo parecen grandes escalones construidos sobre la ladera del cerro y son enormes estructuras formadas por un muro de piedra y un relleno de diferentes capas de material que facilitan el drenaje a los escalones inferiores y ese es uno de sus mayores secretos, ya que la ciudad está construida entre dos montañas, con dos fallas geológicas sometidas a constantes temblores y copiosas lluvias en distintas épocas. Otras terrazas de menor ancho se encuentran en la parte baja alrededor de toda la ciudad y se cree que su función era servir como muros de contención.

Tras tomar un vuelo desde Cusco, llegamos a Puno, a orillas del lago navegable más alto y grande América del Sur: el Titicaca. Un vuelo dura una hora y nos quedamos en un antiguo hotel frente a la Plaza de Armas que es por donde gira la vida en la ciudad. El hotel era muy bonito y tranquilo, pero desde el momento que llegás a la ciudad, tenés una condición que debes respetar: moverte muy lentamente debido a la altura en que nos encontrábamos. Nuestra habitación estaba en un segundo piso por escalera y en cada descanso había un equipo de respiración ya que te falta el aire y sobre todo al subir escaleras. Así que a tomárselo con calma.

Frente a la Plaza de Armas hay edificios públicos como la Catedral de Puno construida en estilo barroco en el siglo XVIII y es casi el lugar de reunión de todos ya que siempre hay gente sentada en las escaleras de acceso. También está el Palacio de Justicia y la Casa del Corregidor que es una de las más antiguas de la ciudad. Hay una calle principal que une la Plaza de Armas con el Parque Pino y se llama Jirón Lima y es la zona de mayor movimiento de gente ya que está llena de restaurantes, sitios de souvenir, agencias de viajes y suele estar abarrotada de gente de vendedores, turistas y carteristas que esperan a sus víctimas. Por las noches, el clima es más frío así que es recomendable abrigarse.

Si estas con ganas de conocer y visitar algo más, hay una zona arqueológica cerca y muy poco conocida llamada Sillustani en donde hay un antiguo cementerio colla que son los descendientes directos de los aimara, que vivieron en ésta zona desde el siglo XIII.

Es el lago navegable más elevado del mundo ya que está  a 3.800 s.n.m y compartiendo frontera con Bolivia. Desde Puno se puede ir a visitar la Isla de Taquile que se caracteriza por sus amigables pobladores, quienes conservan sus costumbres, tradiciones y vestimenta a la usanza antigua. Lo más duro es la llegada al pueblo y su plaza central, ya que desde el puerto hay un camino de piedras muy largo y en subida y si no estás en buena condición física, agregado a la altura y el sol que se siente fuerte, cuesta bastante llegar.

Los lugareños se destacan por sus laboriosos y finos textiles con decoraciones simétricas simbólicas, de colores fuertes, que reflejan su forma de vida, sus costumbres y sus creencias andinas y en donde es obligación seguir el código moral inca: no robar, no mentir y trabajar duro. Es curioso ver a los hombres tejiendo mientras suben los cerros o caminan por las calles empedradas. Acá solo hay algunos generadores de electricidad y paneles solares, no hay coches y las personas viven del lago. En la plaza principal hay un mercado en donde los precios son accesibles y al estar en un punto elevado se tienen unas vistas espectaculares. La población de las islas se dedica principalmente a la pesca y a la artesanía, siendo característico de la zona las canoas de totora para trasladarse y todos los hombres llevan sus gorros de colores y una bolsa en donde guardan las hojas de coca. Para salir de la isla hay que bajar por otro lado en donde los escalones también elevados cuestan un poco bajarlos.

Por su parte en la isla de Amantaní viven unas 3.600 personas que hablan quechua y se encuentran en el punto más alto del lago: unos 4.000 s.n.m. Al ser la isla más remota y más grande, no todos los tours pasan por allí. En la isla prevalecen las terrazas para cultivos que se basan en papas, cebada y quínoa, con algunas llamas y ovejas que andan sueltas, muy cerca de antiguas construcciones incaicas.

Las islas flotantes de los Uros son un grupo de islas artificiales hechas de totora y sus habitantes se llaman a sí mismos kotsuña El Pueblo Lago. La subsistencia en las islas se basa en una cultura ligada al lago y a la totora que brota del fondo del lago. La construcción de estas islas se hace tejiendo las totoras en muchas capas y se asientan en zonas en donde crece más tupidamente. Cada día deben añadirse más capas de este material. Este tejido forma una capa natural y sobre ésta capa construyen sus viviendas, también tejidas de totora. Cada vivienda tiene una sola habitación y cocinan al aire libre para evitar incendios. Caminar sobre las islas te dá la sensación de caminar sobre un colchón de espuma. También, dependiendo del tamaño de la isla pueden vivir varias familias y lo simpático de esto es que si una familia quiere irse, simplemente cortan la isla y se alejan en ella para luego hacerla crecer por su cuenta. 

En las islas también se construyen corrales para criar cerdos, cuyes y aves de corral. Los orígenes de éste pueblo, se remonta a épocas anteriores a los incas y mantienen la tradición de la pesca artesanal y la caza de aves silvestres. Los hombres son hábiles conductores de balsas de totora, las mujeres son expertas tejedoras y los niños en edad escolar deben trasladarse todos los días en bote hasta Puno para tomar clases. Hoy y gracias al turismo que invade la zona, éste poblado tiene todo armado para recibirlos. Ya no se rema en las grandes balsas de totora tejida, hoy esas enormes embarcaciones son impulsadas a motor y de momento se siente todo muy artificial.

Sabemos que pararse frente a Machu Picchu es observar uno de los lugares históricos más asombrosos del mundo, construido hace más de 500 años. Literalmente uno se queda sin aliento y no solo por ver ese extraordinario lugar sino que, si tenemos en cuenta que Machu Picchu se encuentra a 2.430 mts, Ollantaytambo a 2.800, Pisac a 2.900 mts, Cusco a 3.400 mts, Sacsayhuaman a 3.700 mts y Puno a 3.800 mts, la altura se siente ya que sabemos que el cuerpo humano comienza a sufrir el mal de la altura a partir de los 2.400 mts. Allí el aire es más delgado y se inhala menos oxígeno, entonces es necesario tomar los recaudos necesarios para no sufrir problemas como dolores de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, dificultad para dormir, fatiga o taquicardia ya que el cuerpo tarda algunos días en adaptarse a menores cantidades de oxígeno a gran altura, elevando la presión arterial y eso hace que te deshidrates. Por lo tanto es recomendable tomar mucho líquido, comer liviano, evitar el alcohol, tomarlo con calma y beber té de hoja de coca. Un medicamento recomendado para el mal de altura y que se puede encontrar en cualquier farmacia del Cusco son las Sorojchi Pills y se obtienen sin receta médica.

Hasta acá llegamos con Perú. Los esperamos la próxima semana para conocer otros lugar.

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