En 184 días, desde que se dispuso la cuarentena en todo el país a causa de la pandemia del coronavirus, cerraron 230 comercios en la capital sanjuanina. Algunos bajaron la persiana definitivamente, mientras otros migraron a centros comerciales o a otros departamentos. Así lo confirmaron desde el Centro Comercial de la Ciudad de San Juan. 

Según señaló Minozzi, de la extensa lista de comercios que cerraron en Capital, hay 15 que migraron a otros departamentos buscando un alquiler menos costoso. Otros dos (entre ellos Casa 2000) se mudaron a un centro comercial. 

En este sentido, apuntó a que hay rubros a quienes les resulta útil desplazarse, mientras que hay otros que por su propia naturaleza se encuentran atados a determinada zona geográfica. Es decir, no todos tienen la posibilidad. 'Al final, la única garantía que hay de cambiar de departamento es solo el precio del alquiler', dijo.

'Hay que entender que desde el 19 de marzo hasta la actualidad no se pudo superar el 30% de las ventas', señaló Dario Minozzi a Canal 13. 'Los que peor la están pasando son los servicios, organizadores de eventos, salones y cumpleaños infantiles', dijo. En el grupo de los 'perjudicados' también caen los textiles. 'El caso de la indumentaria fue muy particular porque las dos veces que se volvió a Fase 1 este sector estaba en cambio de temporada', apuntó. 

EL PROBLEMA
Dario Minozzi señaló que el problema que se encontraron los comerciantes no solo fue la falta de consumo por las medidas restrictivas de Fase 1, sino que también aparecen las presiones tributarias, las obligaciones fiscales y las tarifas de servicio.

'El  comercio entró en cuarentena y lo cumple. Hay protocolos, registros, menos capacidad en el local, pero AFIP sigue cobrando, el banco cobra intereses, Rentas cobra. No estás dando los caminos necesarios para sostener la actividad', dijo. 

El empresario entiende que esto tiene que ver con una 'mala percepción de la situación' y destacó que se necesita pasar de una 'política administrativa procíclica' a una 'contracíclica'. La diferencia es que la primera busca aumentar impuestos por un crecimiento productivo, mientras que la segunda retrotrae porque percibe una situación de desventaja para el comerciante. 

En tanto, hacia el consumo, Minozzi destacó que 'lo que favorece todavía a las ventas es el congelamiento de precios y tarifas'. Sin embargo, acentuó que en algún momento estos valores deberán actualizarse y esto 'desnudará la devaluación de la moneda'. 

EL ARRASTRE
La caída en las ventas no apareció el 19 de marzo. 'El tema es que desde el 19 de marzo nosotros registramos apenas ventas por el 30% del valor que antes se venía, pero esto tiene un arrastre desde hace 2 años', dijo.

Según explicó, desde el 2018 se viene generando un arrastre negativo del 25%. 'Si hoy sacamos cuentas, esa venta por el 40% es sobre el arrastre, lo que nos deja en una caída de casi el 60%', aseveró.

A estos números hay que sumarles los índices inflacionarios. Según el Indec, el arrastre de inflación desde marzo hasta septiembre es de 12,3%. 

'Estamos en una situación donde no sabemos con qué nos vamos a encontrar en el futuro, para nosotros con todo esto es incierto’, concluyó Minozzi.