En una revisión del pedido de sobreseimiento por falta de pruebas realizado por la fiscal Mónica Cuñarro en beneficio del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, procesado por una denuncia de abuso sexual, el fiscal de segunda instancia Mauricio Viera convalidó el dictamen de su colega para dar por cerrada la acusación tras analizar unas conversaciones entre la denunciante y distintos allegados del acusado.

Se trata de un expediente que tramita una denuncia radicada en 2021 por una modelo llamada Melody Rakauskas, novia de un empresario amigo, que trabajaba bajo sus órdenes como secretaria privada en el municipio bonaerense.

La jueza María Fabiana Galletti ordenó en mayo de 2024 el procesamiento del dirigente peronista por los delitos de abuso sexual simple y “desobediencia”, en tanto el intendente habría intentado acercarse a la joven después de que radicara la denuncia y pesara sobre él una orden prohibición de acercamiento.

Más acá en el tiempo, el 11 de febrero pasado, la fiscal Cuñarro, a cargo de la instrucción como titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correcional 8, solicitó el sobreseimiento del intendente por considerar que no contaba con “elementos o indicios suficientes que añadan fortaleza al testimonio de la damnificada”, quien se constituyó como querellante en el proceso.

La joven denunció que el dirigente peronista la abusó sexualmente mediante tocamientos en el interior del departamento donde vivía en Capital Federal, el 10 de mayo de 2021. El intendente había ido a su casa después de decirle que quería cenar con ella. Ella contó que había comenzado a trabajar en la Municipalidad el 28 de abril de 2021, que la contratación fue “en negro” dado que nunca la registraron, que la llamaban por un nombre falso “desconociendo las razones a las que ello obedecía y que debía desempeñarse como secretaria privada con una remuneración prometida de $150.000 mensuales”.

Entre otros episodios, el relato de la denunciante describió que durante la madrugada del día 11 de mayo, el imputado refirió tener dolores cervicales y de espalda. Afirmó que estaba contracturado y ella le ofreció un remedio. Pero Espinoza le pidió masajes. Ella le dijo que no y lo mandó a descansar, pero la respuesta fue: “No tengas miedo, dale”. De manera intimidante, según expresó, se desabrochó la camisa y le dijo que no tuviera miedo porque “las mujeres de sus amigos tenían bigote”.