La tranquilidad de Henderson, una pequeña localidad del interior bonaerense, se vio sacudida por un brutal crimen. Juan Carlos Barandalla, de 52 años, fue encontrado muerto en un descampado rural con una fractura de cráneo y múltiples golpes que habrían sido producidos con una maza.

El cadáver fue hallado cerca de la Ruta 65, en inmediaciones de Pirovano, partido de Bolívar, específicamente en la bajada hacia Transener. Tras el hallazgo, la policía detuvo a la pareja de la víctima, Angélica Verón Blanco, y a su amante, Gustavo Ariel González, quienes se convirtieron en los principales sospechosos.

El martes por la mañana, un trabajador rural divisó lo que parecía ser un cuerpo entre los pastizales y dio aviso inmediato a la policía. Los agentes confirmaron la presencia de un cadáver con tatuajes, lo que facilitó su identificación. Según la autopsia, Barandalla presentaba una doble fractura de cráneo y llevaba fallecido al menos una semana, permaneciendo a la intemperie durante varios días.

La fiscalía N°15 de Bolívar, a cargo de la fiscal Julia María Sebastián, inició una serie de operativos para esclarecer el caso. Verón Blanco, pareja de la víctima, declaró que el último contacto con Barandalla fue el 7 de noviembre tras una discusión. Sin embargo, las investigaciones revelaron que la mujer mantenía una relación extramatrimonial con González.

Ambos fueron detenidos bajo la carátula de homicidio doblemente agravado por el vínculo, ya que presentaron contradicciones en sus declaraciones. La fiscal Sebastián considera que los indicios los incriminan directamente en el asesinato.

Las autoridades buscan pruebas que puedan confirmar la hipótesis de un crimen premeditado. Además, se procedió al levantamiento de huellas en la zona donde fue hallado el cuerpo.