Luego de la salida de Isabel, la última participante eliminada de Gran Hermano, la relación entre Juliana (Furia) y Lisandro comenzó a mejorar.

Los hermanitos, a pocos días de comenzar el ciclo, se ubicaron en bandos diferentes y confrontaron en todo momento. El pelilargo seguía las directivas de la jugadora más longeva de la casa, pero todo eso cambió con su salida.

Si bien la polémica competidora había manifestado explícitamente que le parecía atractivo el musculoso compañero, recién ahora se comenzaron a ver los primeros acercamientos entre ellos.

Nueva estrategia

Más calmada y concentrada en un juego personal, Furia comenzó a acercarse a todos sus compañeros de manera más sutil y cuidada, siempre pensando en ser finalista, aunque la competencia recién tiene un mes.

Las redes sociales se pusieron eufóricas con este "matcheo" entre dos integrantes de la casa con muchísima personalidad.

En los últimos días, el contacto entre ellos se acrecentó: Juliana le dio un beso a Licha mientras él dormía en el sillón; lo abrazó porque sí cuando se cruzaron en el patio; Juliana entró al baño y se encontró con su compañero metido en la bañera; jugaron a la guerra de almohadones y Lisandro le dio a entender a su compañera que le gustaba mucho pero que no se acercaba porque tiene novia en el exterior.

El anhelo más grande de Furia en el corto plazo, es dormir con Lisandro abrazados, más precisamente en "cucharita" siendo ella la que abrace desde atrás. Tal es el interés que la joven tiene por hacerlo, que hasta se animó a pedir ayuda de Martín, el líder de la casa pero sin conseguirlo.

Mientras tanto, en "X", los posteos con la nueva pareja, se suceden entre los fanáticos que advierten la tensión sexual que existe entre estos dos protagonistas que viven la "historia de amor" más divertida del juego.