Apenas pasaditas las 22 del jueves 28 de diciembre, Matías, el propietario de una carnicería ubicada en el corazón del Barrio Huazihul se disponía a cerrar. Como entró un cliente lo atendió, a pesar de que ya era horario de cierre. Luego de atenderlo, ahora sí se disponía a cerrar, pero entró un joven de remera amarilla y gorra blanca. Ni lerdo ni perezoso colocó una revolver calibre 32 arriba de una de las bateas y le dijo al dueño, ‘dame toda la plata’. De ahí en más, comenzó un hecho policial de película que terminó con el ladrón entre rejas, pero que en el medio tuvo una persecución, una víctima al que le gatillaron en varias oportunidades y un intento de atropello.

Según relató Matías a Diario 13, a las 22:10 entró el joven a su carnicería ubicada sobre Coll, en el barrio Huaziul de Rivadavia. Con mucha prepotencia le exigió al carnicero la recaudación del día. El damnificado le dijo que no había dinero en el negocio, puesto que se lo había llevado el dueño hace un rato, ya que era la hora de cierre.

Esta negativa por parte de Matías puso nervioso al ladrón que pasó del otro lado del mostrador y le apuntó, para luego gatillarle a la altura del estómago. Afortunadamente, la bala no salió. El comerciante resolvió defenderse con uno de los cuchillos que usa para trabajar. Fue entonces que el delincuente le gatilló otras veces a la altura de los pies, pero tampoco salió el proyectil.

En medio de un breve amague de ambos. Matías que le tiraba cuchilladas que tuvieron destino el aire y el ladrón que gatilló un par de veces más hasta escapar corriendo del local. Con toda la bronca a cuesta, el carnicero cerró con un solo candado el local, se subió a su auto y salió rápidamente a buscarlo.

A la altura de Cervantes y José Paso, solo a cinco cuadras de la carnicería, encontró al joven delincuente hablando por teléfono. Le gritó ‘viste que te dije que te iba a enganchar’ e intentó chocarlo, pero el individuo consiguió zafar nuevamente. Corriendo se metió a una villa aledaña al barrio mientras era perseguido por el comerciante enfermo de rabia por lo que estaba pasando.

Matías notó que cerca del lugar donde se dio el segundo episodio con el ladrón   se había producido un choque, y que trabajaba allí policía. Se acercó y velozmente les contó a los efectivos actuantes lo que le había pasado. Un policía motorizado lo acompañó a perseguir al delincuente y sobre Benavidez, a metros de Almirante Brown lo alcanzaron.

Como el efectivo se había adelantado en la moto llegó primero a donde estaba el ladrón. Rápidamente lo redujo, lo esposo y lo tuvo allí hasta que llegaron los refuerzos que solicitó. Según rememoró Matías, llegó y al ver al joven delincuente en el piso, de la bronca le dio unas patadas y le pidió al uniformado que lo revisen porque estaba armado. Entre sus partes íntimas escondía dos proyectiles y el revolver 32 con el que le gatilló en varias oportunidades y siempre le falló.

Finalmente, el ladrón, al que después de requisarlo lograron identificarlo como Bruna de 28 años. Ahora espera entre rejas ser juzgado en Flagrancia por robo agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa.

Matías aseguró que todo lo que le tocó vivir, esos momentos de tensión quedaron a detalle plasmados en la denuncia que hizo luego de que el ladrón fuese puesto entre rejas. Por lo que, contó a este medio, que no entiende porqué el relato de los hechos que hizo público la Policía difiere tanto de lo que él denunció.

El carnicero víctima de la inseguridad aseguró que el ladrón no alcanzó a robarse nada, a diferencia de la Policía que informó que el delincuente se había llevado $10.000. Otro punto en que ambas visiones de lo ocurrido difirieron, fue que la Policía contó que ellos solos realizaron la persecución, pero Matías aseguró que eso no fue así, que él fue quien alertó a las autoridades, y no que ellos llegaron a la carnicería para tomar conocimiento en lo sucedido.