¿Le tienen miedo?
Hay que irse a Buenos Aires o buscar un dirigente aislado para escuchar alguna crítica opositora. Tal vez sea el signo de los tiempos: suponer que está todo bien.
El fin de semana pasado volvió a asomar en público el senador Sergio Uñac. Lo hizo a través de redes sociales, en dos fotos. La primera, pedaleando bajo el solcito sanjuanino. Salió selfie. La segunda, en la fiesta de cumpleaños y de graduación del inoxidable Jorge Agapito Gil, en Ullum. Las posiciones del exgobernador sobre el rumbo de Javier Milei quedaron nuevamente a resguardo, reservadas para el momento de votar en el Congreso.
No es una exclusividad de Uñac. Es el signo de los tiempos. Cuesta mucho encontrar dirigentes opositores dispuestos a cuestionar las medidas del gobierno nacional. Algo similar sucede con respecto al gobierno provincial, con una salvedad: Marcelo Orrego ofreció continuidad con correcciones puntuales. La relación política en San Juan es armónica entre oficialismo y oposición.
En cambio Milei buscó desde la campaña la confrontación. Creció al calor de la motosierra sobre 'la casta'. Acusó a toda la política y a los políticos de haber destruido el país. Su desprecio por senadores y diputados fue manifiesto. Su menosprecio por los gobernadores, también. Mal no le fue hasta ahora.
Algunas consultoras, como Opina Argentina, le siguen dando una aprobación del 50 por ciento con un leve deterioro respecto de mediciones anteriores. Aun así sigue siendo el político con mayor respaldo popular. Tal vez en estos números se justifique la dosificación del discurso opositor.
Los intendentes justicialistas encajaron a la perfección en esta época de silbar bajito y administrar la escasez. El rawsino Carlos Munisaga, la chimbera Daniela Rodríguez, la caucetera Romina Rosas y el jachallero Matías Espejo, por citar solo cuatro de los más importantes, han deslizado alguna mención contra el ajuste, que en definitiva está golpeando a los que menos tienen, no a los grandes capitales. Pero ahí nomás se quedaron las críticas.
Es tiempo de moderados.
Para encontrar algún discurso más filoso hay que mirar hacia otro lado. Hay que escuchar al diputado del Frente Grande, el kirchnerista Horacio Quiroga. O al ex intendente de Rawson Mauricio Ibarra. O al ex gobernador José Luis Gioja. El resto, la mayoría, prefiere comunicar buenas ondas en Instagram y Facebook. Basta con ojear los perfiles de Cristian Andino o Fabián Gramajo, para acreditarlo. O mirar otra vez las cuentas de Uñac.
Tal vez por estar inserta en este clima de recato, la intendenta de San Martín, Analía Becerra, tuvo tantos reparos este lunes en Banda Ancha. Con timidez dibujó un cuestionamiento a una medida que perjudica a los jubilados y jubiladas de su departamento, que venían cobrando sus haberes en efectivo en la sede departamental del Correo Argentino y desde este mes los mandaron a todos al Banco San Juan de calle Las Heras.
Para la mayoría, personas de avanzada edad y dificultad para movilizarse, el cambio fue motivo de angustia. Mucho más cuando tienen que sacar plata del bolsillo -que no tienen- para pagar el pasaje de colectivo o un remís.
Becerra dio algunos rodeos pero finalmente se atrevió a cuestionar esta medida porque lleva algunos días escuchando el lamento de sus vecinas. No había margen para hacerse la distraída, aun cuando sienta temor por las consecuencias de 'hablar de más'.
El periodista de La Nación +, Pablo Rossi, fue viral el fin de semana pasado por un mensaje que compartió en la Expo Rural de Salta. Según el reconocido comunicador: 'la novedad no es Milei sino un pueblo que ya no resiste ni estalla'. El diagnóstico no es de izquierda ni de derecha. Simplemente es.
Las profecías acerca de la tolerancia social que se agota no se cumplieron. En buena medida, estiman algunos analistas que se debe a que en frente de Milei no queda nada en pie. No hay modelos alternativos, luego de los fracasos de Mauricio Macri y de Alberto Fernández, el presidente que coronó Cristina Fernández de Kirchner.
Un estudio reciente de la consultora Ethos, de San Juan, reveló que el 38 por ciento todavía responsabiliza al gobierno anterior por la malaria actual. Casi cuatro de cada diez individuos identifican al peronismo como el padre de la desgracia. Otro 38 por ciento señala a 'todos los políticos'. Y apenas el 13 por ciento identifica a Milei como el causante de la asfixia.
Es información pública, está al alcance de todos los que se dedican a tejer estrategias. La mansedumbre social se traduce en el silencio opositor. Dejar que corran los días, las semanas y los meses, hasta detectar el instante preciso. No, no tienen miedo. Están calculando.
JAQUE MATE