Sonó autorreferencial el gobernador Sergio Uñac cuando anoche en Paren las Rotativas dijo que "el presidente no se ha dejado torcer el brazo". Se refirió así al temperamento de Alberto Fernández, quien a pesar de las presiones privilegió las medidas que garantizaran la salud de la población, aún dispuesto a pagar el costo del deterioro económico y también arriesgando su propia popularidad. 

Que Fernández no se haya dejado "torcer el brazo" implica que no claudicó. Y si bien Uñac no dijo lo mismo de sí, en el inicio de la entrevista tuvo una expresión bastante similar. "Hemos tomado decisiones muy jugadas", dijo en referencia al aislamiento obligatorio de los repatriados desde el inicio de la pandemia. Así como le pasó a Alberto, a él también le llegaron fuertes críticas por una medida tan restrictiva, ingrata, injustificable cuando ningún otro punto del país había adoptado semejante severidad. El tiempo le dio la razón.

Entre las "decisiones muy jugadas" también anotó Uñac los hisopados a todos, absolutamente todos los transportistas de cargas, reconociendo las tensiones que esto provocó con la conducción sindical, llegando hasta el mismísimo Pablo Moyano. Hizo falta mucha política para suavizar el diálogo y evitar la ruptura con un gremio tan poderoso. Por ahora, el rumbo parece apropiado para resguardar el estatus de provincia libre de circulación viral comunitaria.

Sin embargo, quedarse únicamente en la inflexibilidad de las decisiones, valorarlo como un acto de convicción sin medir las consecuencias no sería del todo responsable. Porque la política debe necesariamente admitir contrapartes, en distintos frentes. Es lo que se conoce como gobernabilidad. Es la negociación permanente, cediendo donde sea posible, resguardando lo medular. Uñac se mostró atento a esta particularidad a lo largo de la entrevista.

Lo hizo cuando, consultado por el tema Vicentín, dijo que ve al presidente "repensando algunas medidas y eso es bueno". Y lo dijo de sí mismo cuando se refirió al Acuerdo San Juan que es, por definición, una gran convocatoria para escuchar. Abrir los oídos con la voluntad de corregir el rumbo donde sea necesario, filtrando las vanidades. "Espero que todos tengamos la visión de aportar al conjunto", señaló en la entrevista.

También reveló su apertura cuando debió responder sobre la edición 2021 de la Fiesta Nacional del Sol. Dijo que se imagina la interrupción de la celebración más importante de la provincia, dependiendo de la situación pandémica, de los fondos disponibles y, a la par, qué piense "la gente". Hay momentos para no dejarse torcer el brazo y otros, para dejar fluir el cauce y que tome el curso que deba tomar.

Esta figura del agua sea posiblemente la que anticipe el 2023. Uñac no se atrevió a mirar mucho más adelante en el tiempo. Habló de "mantenerse" como la expectativa de máxima, consciente de que la situación económica pondrá en aprietos al mundo, al país y a la provincia. Sostener la cadena de pagos a los proveedores como hasta ahora y la obra pública en ejecución a pesar de la drástica caída de los recursos coparticipables parece más que suficiente en un contexto de incertidumbre. Haber reconquistado el humor social luego de aquella semana álgida del cuarto y quinto caso positivos de Covid-19, significó una victoria política. Prolongar la paz con cierto nivel de actividad sostenida es el mayor anhelo.

Por eso no hay 2023 en el horizonte. O sí, pero no en primer plano. Apenas existen las metas de corto y mediano plazo, siendo estas últimas las más preocupantes. Falta una eternidad para pensar en la re-reelección o en coronar a un heredero del modelo uñaquista. Si tres meses parecieron tres años, en palabras del propio gobernador, proyectarse políticamente tan lejos en el tiempo podría implicar graves omisiones en el presente. La peste no lo permitiría.

Mientras tanto, la receta hacia adelante parece esa, la que fue matizando Uñac a lo largo de la hora que habló en exclusiva en Canal 13. No dar el brazo a torcer a pesar de las presiones, pero ser capaz de repensar cada vez que la gente legítimamente pida corregir el rumbo. Esa instancia comienza este 1 de julio, con el Acuerdo San Juan.


JAQUE MATE