El runrún del calendario electoral apunta a mayo de 2023
Las especulaciones empujan las definiciones en los departamentos. El temor por un adelantamiento nacional aceleraría los tiempos en San Juan.
Surgió primero en una mesa de café de boca de dos referentes inequívocos del uñaquismo. Luego salió la misma versión de parte de un operador de la oposición. Y finalmente llegó la constatación off the record con otro dirigente que tiene llegada directa a Casa de Gobierno. El runrún es cada vez más fuerte: las elecciones provinciales podrían llevarse a cabo en mayo de 2023.
Un dato tan precario no merecería tratamiento periodístico, si no estuviera tan instalado transversalmente en el tablero político de oficialismo y oposición. Está marcando el ritmo de los movimientos preelectorales. A ese rumor repetido una y otra vez obedece el apuro, la catarata de candidaturas que van confirmándose en los departamentos ya sin disimulo.
Porque aún sin fecha definida, el ecosistema político entiende que los plazos entraron en cuenta regresiva. Dejarse estar mientras el resto ya empezó a correr la carrera es poco recomendable. Dar ventaja es inaceptable.
Vaya la obvia aclaración: la fecha de las elecciones dependerá exclusivamente de la valoración que haga Sergio Uñac. Es facultad privativa del Poder Ejecutivo hacer la convocatoria. Disponer de ese calendario termina siendo una herramienta importante para la estrategia del oficialismo de turno.
Hasta el momento el gobernador ha confirmado solamente que San Juan tendrá elecciones desdobladas de Nación, con el argumento de darle valor propio al comicio provincial como ya sucedió en 2019. Políticamente, el desdoblamiento persigue el objetivo de escaparle a la ola adversa que podría llegar desde Buenos Aires.
La simultaneidad con Nación no ayudaría al Frente de Todos en San Juan en esta oportunidad. No hay consultor que pondere positivamente la imagen de gestión de Alberto Fernández. Más allá de las razones, de la pandemia y la deuda con el FMI heredada, el grado de satisfacción de los votantes está en el subsuelo.
Entonces parece natural que Uñac -como haría cualquiera en su lugar- busque provincializar el comicio. Después se verá lo que pueda rescatarse a nivel nacional, si es que hay chances de revertir la tendencia a la baja. En política no hay imposibles. Sobran los ejemplos al respecto. Pero las probabilidades son mínimas.
Nadie escapa a este diagnóstico, por lo tanto el primer objetivo de Uñac y aliados será sostener el poder en el territorio provincial aunque la suerte esté echada en lo nacional y el panorama sea desalentador.
Hasta ahora, Nación tiene en vigencia un sistema electoral rígido que consiste en primarias abiertas, simultáneas y obligatorias en agosto; generales en octubre y balotaje eventual en noviembre. Pero ese esquema pende de un hilo. Como es sabido, está instalándose en el Congreso Nacional el debate para suspender las PASO en 2023.
Si eso sucediera, quedaría la elección presidencial -incluidas las bancas de senadores y diputados nacionales- reducida a una sola fecha. Pero hay más. Esa convocatoria simplificada, sin primarias, podría adelantarse. Si la imagen de gestión del Frente de Todos sigue cayendo, la lógica indica que cuanto antes se vote, mejor para el oficialismo. O, a la inversa: mientras más tarde se vote, peor caudal obtendría la fórmula de la continuidad.
Es una lectura simplista, pero esa simplificación sirve para entender la naturaleza misma de las decisiones que vendrán en los próximos meses.
No quepa duda: si el gobierno nacional advierte que sus chances electorales serán peores a medida que avance el calendario, entonces la fecha para votar llegará antes. Y ese factor condicionará a las provincias que están buscando despegarse, incluida San Juan.
Uñac podría repetir su esquema de 2019, llamando a votar a los sanjuaninos el primer fin de semana de junio. Pero el runrún que ganó fuerza en los últimos días indica que todo podría adelantarse a mayo, para reducir al mínimo el riesgo de que la campaña nacional se solape con la provincial.
Incluso quienes mencionan esta hipótesis de elecciones provinciales en mayo dejan abierta la puerta a que todo suceda en abril, en caso extremo. Son puras especulaciones, es verdad, pero los operadores políticos están actuando febrilmente bajo estas coordenadas en ambos lados de la grieta.
Por eso el dato precario adquiere mayor calibre. No es todavía y no lo será hasta dentro de algunos meses. Pero hay una presunción fundada de que las urnas llegarán antes. Las provinciales y tal vez las nacionales también.
La sanción de la nueva Ley de Lemas bajo el seudónimo de Sistema de Participación Amplia y Democrática o SIPAD estableció las reglas para competir en San Juan. Saber que no habrá límites en la cantidad de candidatos por sublema o subagrupación está alentando la proliferación de aspirantes.
Esta semana, sin ir más lejos, ratificaron su voluntad de competir Carlos Lorenzo en Capital, Robert Garcés en Calingasta y Nancy Picón en Rivadavia, por citar tres ejemplos rápidamente, que pasaron por la pantalla de Canal 13.
Está judicializada la derogación de las PASO, como está judicializada la abrogación de la Ley 613 N y la sanción del nuevo sistema SIPAD. Pero la respuesta de los tribunales puede demorarse indefinidamente. Mientras tanto la política no puede quedar en pausa o en estado contemplativo. El que se duerme, pierde.
Uñac dijo tiempo atrás que definirá su candidatura a gobernador una vez finalizado el mundial de Qatar. Eso podría suceder durante las fiestas de fin de año. O directamente cuando empiece 2023. Viene un enero muy caluroso, con políticos en ojotas pero en alerta. Decreto inminente y urnas en mayo, dice el runrún.
JAQUE MATE