'El voto de San Juan'. Así presentó la diputada Nancy Picón su rechazo al veto presidencial y su respaldo a la Ley de Financiamiento Universitario. Fue mucho más que su posición personal. Fue una declaración del gobernador Marcelo Orrego. Y un giro en la relación con Javier Milei.

El presidente terminó forzando la polarización. El debate otra vez pareció inspirado en la filosofía muy interesante de Patricia Bullrich: si no es todo, es nada. Así terminaron las cosas. Jugar al medio se puso difícil. Imposible en esta ocasión.

Con lo justo se terminó imponiendo el veto. Hacían falta 84 votos para bloquear los dos tercios de la insistencia y eso alcanzó el bloque libertario con la inestimable colaboración del PRO de Mauricio Macri y alguna otra ingeniería de peronistas que se ausentaron a propósito. 

Independientemente del resultado, quedó retumbando el testimonio político de Picón y su compañera de bloque, María de los Ángeles Moreno.

La primera repercusión, esperable, fue un posteo del diputado José Peluc, el único de los seis sanjuaninos que acompañó el veto presidencial. 'Lamento que tengamos sectores políticos en San Juan que no comprendan o no la vean. Y otros sectores que dicen que hay que acompañar a los equivocados', publicó el legislador más cercano a Karina Milei.

La referencia elíptica apuntó a los tres justicialistas, Walberto Allende, Jorge 'Koki' Chica y Fabiola Aubone. Pero también a las orreguistas Picón y Moreno.

La prensa porteña coincidió en que Orrego era uno de los gobernadores presionados por la Casa Rosada en la víspera de la sesión. Sus dos diputadas eran muy valiosas en el marco de un poroteo muy ajustado. La jornada comenzó con un gran signo de interrogación.

Por eso fue tan impactante el discurso, breve pero certero, de la diputada Picón en el recinto. Primero repudió la utilización política de la protesta universitaria. Señaló con nombre y apellido a Cristina Fernández de Kirchner y a Sergio Massa. Pero inmediatamente después tomó distancia de la motosierra libertaria.

'El ajuste no se puede hacer con la educación', dijo la legisladora, egresada de la Universidad Nacional de San Juan y cuyo hijo, recientemente graduado, estudió en la Universidad Nacional de Córdoba.

'El voto de San Juan va a ser a favor de las universidades y de la educación pública', remató Picón. 'El voto de San Juan' significó el voto de Orrego, por si alguno pudiera interpretar que las legisladoras jugaron díscolas.

En la gama de posibilidades, Orrego pudo mandar a sus diputadas a votar a favor del veto, que se abstuvieran o que se ausentaran. Incluso que, votando en contra del veto, lo hicieran calladas. Pero no. La posición del gobierno de San Juan quedó plasmada de manera indubitable. Todo fue producto de una decisión política. 

El viernes pasado en esta misma columna se analizó la nueva prueba de fuego a la que quedaron sometidas Picón y Moreno. Ya tuvieron que acompañar el veto a la ley de movilidad jubilatoria, pagando el costo político de una medida tan ingrata

Se marcó en aquella editorial también que este veto contra el financiamiento universitario era muy diferente. Las dos marchas multitudinarias en las calles de San Juan le indicaron el rumbo a Orrego.

No se equivocó el gobernador. El veto no le pondrá freno a la escalada de protestas. Todo lo contrario. El rector Tadeo Berenguer les pidió el acompañamiento a las diputadas orreguistas por escrito. No tuvo respuesta hasta el momento de la sesión.

Berenguer y todo el arco docente, no docente y estudiantil hicieron un abrazo simbólico al edificio central bajo la lluvia. La jornada terminó con la toma de la Facultad de Filosofía, como ya venía ocurriendo en otros puntos del país. Este jueves habrá paro total.

No. El veto no significó el final de nada.

Habrá valorado Orrego el escenario completo. Habrá sopesado costos y beneficios. Como se dijo y se escribió el viernes en esta columna Jaque Mate, su decisión ya estaba tomada: enfrente de la universidad, jamás.

Sin embargo, ahora tendrá que afrontar las repercusiones en la relación con Nación. El diálogo cordial con el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, no se tradujo hasta ahora en ninguna atención de parte de la Casa Rosada. Los fondos para obra pública están parados y las perspectivas para el Presupuesto 2025 son ínfimas.

La única vía que logró liberar la provincia fue el crédito del BID para continuar algunas obras como la Ruta 40 Sur. Es decir, Nación habilita el trámite pero la erogación corre por cuenta de la provincia. Porque, como dijo el presidente: no hay plata.

En el resto de los ámbitos, San Juan solo recibió recortes. Perdió el Fondo de Incentivo Docente e ítem Conectividad. Perdió también el subsidio al transporte de pasajeros. Y hasta debió rescindir el contrato del dique El Tambolar.

¿Cuánto más podría costarle a Orrego el voto de Picón y Moreno? Tal vez haya ganado, al menos, la oportunidad de sentarse otra vez, cara a cara. Barajar y dar de nuevo.


JAQUE MATE