Otra vez Mauricio Ibarra dejó una metáfora política para explicar el momento que transita el peronismo. Frente a la posibilidad cierta de que las primarias sean eliminadas en el Congreso, ya desistió de la idea de una PASO ancha para 2025. En cambio, se atrevió a hablar de los gallos de riña y las palomas que pueden echar a volar.

De acuerdo a la descripción de Ibarra, los gallos son los que se envalentonaron todo este tiempo con la idea de jugar el año que viene. Es decir, que estaban dispuestos a ser candidatos a diputado nacional no porque les interese una banca aislada en el Congreso sino fundamentalmente porque eso representa una parada imprescindible para ganar envión rumbo al 2027.

El problema, según Ibarra, es que demanda mucho esfuerzo por tan poco. Casi podría definirse como un premio consuelo. Entonces aquellos gallos envalentonados pueden terminar convirtiéndose en palomas que prefieren levantar vuelo y esperar una mejor ocasión.

Por supuesto nadie reveló nombres. Los nombres están implícitos. Basta sobrevolar las redes sociales, por usar un término acorde a la metáfora. Nadie se ha lanzado abiertamente como candidato. Sin embargo, hay un par de figuras de alto perfil que nunca dejaron de trabajar en su propia campaña de instalación. Del lado del uñaquismo, Cristian Andino. Por su propia cuenta, Fabián Gramajo.

El mote de gallo le puede calzar eventualmente a cada uno de ellos, sin ofender, a partir de su vocación de mandar en el gallinero. Claro, el gallinero tiene otros gallos que todavía no parecen dispuestos a entregar el mando.

Como ejemplo basta citar la renovación de autoridades partidarias de este año. Terminó siendo una suerte de camuflaje del orden real. Es decir, del liderazgo compartido entre Sergio Uñac y José Luis Gioja. El cuadro de autoridades del PJ terminó funcionando como delegado de uno u otro.

En palabras de Ibarra, 'Gioja y Uñac hoy son los neurotransmisores más importantes que tiene el peronismo'. Nadie se haga el sorprendido.

Una cosa tiene que ver con la otra, directamente. Pensar en la estrategia electoral del PJ para 2025 estará íntimamente vinculado con el esquema de poder que gobierna el partido. Será lo que terminen acordando Uñac y Gioja. ¿Se entiende?

Algunos de mejor manera que otros, nadie desconoce este orden. Uñac no jugará personalmente en 2025 porque tiene una banca en el Senado que ciertamente es mucho más valiosa que una modesta diputación nacional. Pero tampoco estará ajeno, porque en el fondo sueña con su regreso a la gobernación en 2027. Y para ello necesitaría un papel digno del peronismo en esta elección previa.

Tiene un acuerdo interno con Andino para respaldarlo el año que viene. El ex intendente de San Martín ya fue bendecido como compañero de fórmula en 2023. Se quedó con las ganas de pegar el salto a la gobernación cuando la Corte Suprema inhabilitó a Sergio y lo sustituyó Rubén, con resultado conocido.

Casi que la diputación nacional en 2025 sería una reivindicación para Andino, no porque le interese extraviarse en ese recinto multitudinario de anónimos, sino porque le permitiría permanecer en la consideración de los votantes y de sus propios compañeros.

Para que este plan funcione, Andino deberá contar con el respaldo de Uñac. En el momento mismo que el senador dude, se notará. Mucho. La pregunta es lícita. ¿Qué pasaría si Gioja confirmara su intención de volver al Congreso?

Una de las hipótesis posibles es que Uñac termine apoyándolo, si las encuestas lo favorecen. Algunos números que ya están dando vueltas lo ubican al veterano dirigente con chances reales, en un contexto de mucha dispersión. Tal vez un poco por debajo de Andino, pero no demasiado lejos tampoco.

Como siempre, terminará definiendo la política.

Mientras tanto, Gramajo sigue trotando por todo el territorio provincial sin descanso. Su mayor apuesta es instalarse a punto tal que no le puedan impedir anotarse. Como Andino, tampoco le interesa una banca en Diputados. Es poco para un dirigente con hambre de gobernador. Pero es la posta más cercana.

Sin embargo, si prospera la disolución de las PASO, habrá que sentarlos a todos en torno de una sola mesa de negociación. Adivina adivinador: ¿quién terminará resolviendo la integración de la lista?

Si fuera por Ibarra, solo hay dos que tienen la lapicera en la mano y con tinta: Uñac y Gioja. Si hay más gallos, tendrán que cacarear. O volar hasta la próxima, como las palomas.


JAQUE MATE

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