En un mundo ideal, la medida judicial que suspendió las elecciones de la Universidad Nacional de San Juan sería comprensible y hasta inobjetable. En definitiva, es discutible la legitimidad de los docentes regularizados/titularizados por el famoso artículo 73 versus los que rindieron concurso en los términos de la Ley de Educación Superior. Ese es el aspecto central de la controversia. Pero como el mundo no es ideal y está atravesado por una compleja red de factores, el asunto se convirtió en un escándalo sin precedentes.

El primer aspecto cuanto menos suspicaz es la oportunidad en que actuó la Cámara Federal de Mendoza, sobre la hora de las elecciones. En la noche anterior al comicio, bien tarde, para que trascendiera la noticia y se enteraran los propios candidatos entrada la madrugada. Insólito. De película. Digno de un guión para Netflix. Derechos reservados.

Para resumirlo muy apretadamente, la docente Mónica Morvillo objetó en el Consejo Superior la participación política de los docentes interinos titularizados por el artículo 73 del Convenio Colectivo de Trabajo. Perdió en la votación. Una abrumadora mayoría optó por ampliar derechos, entendiendo que los profesores y las profesoras llevaban décadas en esa situación de precariedad no por voluntad propia sino por responsabilidad de las sucesivas gestiones. 

El Ministerio de Educación de Nación a través de la Secretaría de Políticas Universitarias validó el acuerdo. Cualquiera pudo pensar que era caso cerrado. Error. En soledad, Morvillo llevó su reclamo ante la Justicia Federal y consiguió primero que la Cámara Federal de Mendoza se declare competente para entender en la controversia. Y luego que suspendiera la elección intempestivamente y sin plazo, hasta tanto decida el asunto de fondo. Es decir, la posibilidad o imposibilidad de participación política de estos docentes titularizados. 

De todos modos, desde el momento mismo en que la Cámara Federal de Mendoza hizo lugar al planteo de Morvillo y se declaró competente, toda la elección quedó tomada con pinzas. Dicho groseramente: iba a ser una elección por las dudas. Se movilizaría todo el padrón para llevar a cabo el comicio, habría ganadores y derrotados, pero la jornada podía quedar reducida apenas a un simulacro, si finalmente se declaraba la nulidad de lo actuado.

Hubiera sido igual de escandaloso que la justicia desconociera una elección consumada. Poner freno antes de que se vote hasta podría parecer el mal menor. Explosivo de una u otra manera.

El rector Oscar Nasisi y los candidatos que lo acompañaron en la conferencia de prensa convocada de urgencia este jueves coincidieron en rechazar la medida judicial. Es decir, acatan porque de lo contrario sería un acto de desobediencia y complicaría aún más la frágil situación institucional. Pero desde lo político condenaron el intento de interferencia con la democracia interna de una universidad pública.

Morvillo, en soledad, tiene un punto de vista diferente. Condena la titularización sin concurso bajo el esquema tradicional y asegura que el Consejo Superior fue cooptado justamente por este sector de interinos. A eso atribuyó su derrota en la votación en el órgano de toma de decisiones de la casa de altos estudios. La decana de Filosofía, Rosa Garbarino, no se lo perdonó. Fue la más directa al acusar a la denunciante de dejar 'la bomba' y después jubilarse. Porque sí, Morvillo ya se retiró.

Desopilante por donde se mire. La universidad quedó envuelta en un cono de incertidumbre en el peor momento. Los mandatos ya fueron prorrogados un año y estaba todo previsto para que asumieran las nuevas autoridades el 1 de julio. Pero eso hoy es bastante improbable que suceda. El encargado de asuntos legales de la UNSJ, José Luis Miolano, lo dejó claro en la conferencia de prensa: la Cámara Federal de Mendoza no tiene plazos establecidos por ley para expedirse sobre el fondo de la cuestión.

Tendrá que actuar de inmediato el Consejo Superior y hasta la Asamblea Universitaria para darle forma a este desaguisado.

El rector Nasisi termina de coronar su segundo mandato con otra mala noticia. Acaba de recibir condena por la muerte del estudiante de Agrimensura Fernando Reinoso y había manifestado que su única intención era entregarle el cargo a quien resulte electo, para volver al aula. Posiblemente bajar el perfil. No podrá ser por el momento.

Todo esto, en el marco de una pandemia de alcance global como nunca antes hubo. Una peste que forzó no solo a paralizar las clases presenciales durante todo 2020, que aplazó los exámenes y las graduaciones, sino que también pospuso las elecciones que debían realizarse en junio del año pasado. Todas las autoridades están en tiempo suplementario. ¿En piloto automático? De mínima, aguantando en una transición que parece terminar jamás.

La resolución judicial además de llamativa por la oportunidad, utiliza una expresión complicada: suspende. No pospone. No emplaza. Suspende. El tribunal, a sola petición de una parte, detuvo un proceso democrático en una institución autónoma y autárquica. Hubo cierta preocupación fuera de la UNSJ acerca de la jurisprudencia que está sentando esta medida.

Porque en definitiva, de una u otra manera, un docente titularizado adquiere los mismos derechos políticos que el resto. Si no fueron objetados en el origen de su titularización, hacerlo sobre la hora de las elecciones termina pecando de injusto. Si la Cámara Federal de Mendoza finalmente los bloquea, provocará un efecto político: habrá listas caídas casi por completo. Será una interferencia directa en un comicio que cambie las reglas en el último minuto. Literal.

Y una última consideración. En septiembre de 2019, cuando Morvillo fue candidata a secretaria general de ADICUS y perdió contra Jaime Barcelona, su lista promovía 'la regularización inmediata y automática, sin entrevista ni concurso, de todos los docentes interinos con más de cinco años de antigüedad (artículo 73)'. Tuvo un cambio de opinión bastante radical.

En un mundo ideal, la resolución judicial que frenó las elecciones en la UNSJ hubiera sido inobjetable. Pero esto es cualquier cosa, menos ideal.


JAQUE MATE

Más que escándalo, cualquier cosa en la UNSJ