La metáfora de Rodolfo Colombo, acerca de que el peronismo todavía siente los efectos de la trompada tipo Tyson recibida en 2023, también aplica a Juntos por el Cambio. El espacio amarillo quedó tercero, eliminado en primera vuelta. Al borde de la extinción, hoy el debate interno los enfrenta a dos alternativas: fusionarse con los libertarios o hacer otro intento autónomo en 2025.

A Juntos por el Cambio le queda una carta valiosa: cuenta con 10 gobernadores, entre ellos Marcelo Orrego. Su mayor apuesta es que los jefes provinciales puedan defender los territorios el año que viene en la elección de mitad de mandato. Solo así preservarán los bloques de legisladores en ambas cámaras del Congreso. Y solo así tendrán chances reales de disputar la presidencia en 2027.

El PRO está exhibiendo esta discusión en vidriera, para todo público. De un lado está Mauricio Macri. El ex presidente pretende erigirse como el garante de Javier Milei, sin quedar subordinado a La Libertad Avanza. Del otro lado está Patricia Bullrich, con su arenga a todo o nada. Según la halcona, si no están al lado del león, entonces están en contra.

Este jueves en Banda Ancha el presidente del PRO sanjuanino, Enzo Cornejo, salió a jugar en esta operación rescate de Juntos por el Cambio. Dijo que el partido debe renovarse con los gobernadores, porque el esquema que ofrecieron en 2023 fracasó. Que de estos mandatarios provinciales saldrán los nuevos liderazgos. Que el PRO de Patricia 'ya cumplió una etapa'. Y que nada los apura a fusionarse con Milei.

Cornejo trabajó para Horacio Rodríguez Larreta en la interna cambiemita de 2023. Ese 'pecado original' hoy le sigue pesando en la mochila frente a Patricia. Pero ella también quedó muy debilitada luego de que Macri la dejó afuera de la asamblea partidaria. Hablar de estos asuntos internos siempre les resultará incómodo e ingrato. Sobre todo, porque irradia tensiones hacia todo el país.

La disputa también explotó en San Juan. Mientras Cornejo se aferra a la supervivencia de Juntos por el Cambio a través de Orrego, otra ala del PRO hace tiempo se sumó a la mesa de La Libertad Avanza, a través de Eugenia Raverta, por orden de Bullrich. 

El diálogo entre Cornejo y Raverta se murió.

Nuevamente asoma un dilema ya expuesto en esta columna Jaque Mate. El año que viene los libertarios pedirán el voto para darle legisladores a Milei, mientras los cambiemitas pedirán el voto para darle legisladores a Orrego. Nacionalizar o provincializar la elección, esa es la cuestión. La eterna cuestión.

El desafío será competir sin confrontar políticamente entre el gobernador y el presidente. ¿Acaso se puede fantasear con una contienda así de híbrida? 

Algo de eso se está incubando en la víspera, cuando el Congreso está a punto de iniciar el debate sobre la reforma electoral para implementar en 2025. Desparecerán las PASO, eso ya es prácticamente una certeza. Pero de ahí en adelante, todo es un misterio.

El PRO de Bullrich y Raverta considera que Juntos por el Cambio no tiene otro lugar más que junto a Milei. Macri, por ahora, entiende que todavía le queda un tiro en el cargador para darle un poco más de vida a la alianza que gobernó entre 2015 y 2019. En ese plan, Cornejo advirtió que no se puede dar por extinto a un sector que maneja 10 provincias argentinas.

Para Juntos por el Cambio la peor hipótesis sería entregarle los diputados nacionales y senadores a Milei, porque hoy son la moneda de cambio para la gestión. La debilidad parlamentaria del presidente es la fortaleza de los gobernadores para destrabar los recursos. Así funcionaron los votos en el Congreso para lograr la sanción de la Ley Bases.

El mismísimo presidente tuvo que proponer un trueque: alivio fiscal para las provincias en canje por la tortuosa ley ómnibus.

Quedó claro que esa dependencia le provoca fastidio a Milei. Por eso su hermana, Karina, está activando a los suyos para ganar legisladores propios en 2025. Solo así podrán acotar esa necesidad constante de pedir favores en el Congreso. El fortalecimiento de La Libertad Avanza será directamente proporcional al debilitamiento de Juntos por el Cambio.

Cada voto violeta que sume el recinto será un voto amarillo menos por negociar. Es así de simple. Y puede ser letal.


JAQUE MATE