El pasado 10 de diciembre, Javier Milei tomó el mando del Ejecutivo Nacional y comenzó el cambio. Luego de 4 años con el peronismo y kirchnerismo al frente del país, el libertario inició con un giro de 360° que se hizo notar en el ánimo de la comunidad. Sobre todo, teniendo en cuenta el fuerte impacto de lo económico y la imperante necesidad de derogar leyes y acciones generadas por sus predecesores.

Este 10 de enero se cumplen 30 días, los cuales fueron marcados por shock económicos, DNU, derogaciones, disminución de la planta política, liberaciones y aumentos de precios. La mayor parte de sus gestiones fueron acentuadas en el plano de lo económico. En esta línea, cada vez que pudo reforzó su frase ‘no hay plata’.

Lo primero que hizo, el primer día de su gestión, fue hablarle a la gente sobre lo que se venía, un semestre complicado, pero con potencialidad para estabilizar el país y comenzar sus fases concretas para poner al país bajo el ala del liberalismo. A los dos días, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció una serie de medidas para reducir el déficit fiscal.

Esto llevó a una devaluación del 54% del tipo de cambio oficial; un aumento provisorio del impuesto PAÍS a las importaciones y a las retenciones de las exportaciones no agropecuarias. Sumado a ello, decidieron no renovar los contratos laborales del Estado que tengan menos de un año de vigencia y suspender por un año la pauta publicitaria. Con ello devino la reformulación de Ministerios y Secretarías que fueron reducidas.  

Uno de los puntos más criticados por diferentes sectores, incluso los propios gobernadores fue que no se iba licitar obra pública nueva; bajarían los subsidios al transporte y la energía; se eliminaron las retenciones "finalizada la emergencia" y dejaron de tener vigencia las SIRA en materia de importaciones. Todo ello lo cumplió y ya esta a la vista de los argentinos.

Sumado a los movimientos en sectores claves como el Ministerio de Capital Humano, que puso en la mira a planes sociales y otros beneficios, el último 20 de diciembre, Milei anunció los alcances de un Decreto de Necesidad y Urgencia que entró en vigencia el 29 de ese mes. El mismo contenía más de 300 artículos que fueron criticados y por ellos recibió una catarata de amparos que intentan frenarlo.  En el  texto puso fin a numerosas regulaciones en materia económica y financieras, habilitó la privatización de empresas públicas y estableció una reforma laboral y del sistema de salud.

A los pocos días del DNU, el jefe de Estado envió a la Cámara de Diputados el proyecto de "Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos", en donde se plantea declarar la emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria, administrativa y social hasta el 31 de diciembre de 2025.

En los últimos días el foco estuvo en las reuniones del Gobierno con una comitiva del FMI que viajó a Buenos Aires para reflotar el acuerdo y destrabar el desembolso de fondos. La misión del organismo, integrada por Luis Cubeddu, director adjunto del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, y  Ashvin Ahuja, jefe de misión para la Argentina, extendió su visita al país hasta este miércoles. Con estas reuniones, la intención del Poder Ejecutivo es poder destrabar el giro de US$3.000 millones que quedaron pendientes desde noviembre, ya que por el proceso electoral las metas acordadas con la administración anterior fueron incumplidas.

A pesar de todo, lo que más sacudió fue la ola de aumentos que se registraron en diversos sectores tales como: la comunicación, transporte público, alimentos, medicamentos, energía, combustibles y la lista se extiende. Sin embargo, no hay luz verde para los salarios, exceptuando algún bono a jubilados y aumentos a beneficios claves para sectores vulnerables.