Este 27 de junio se cumplieron seis años del brutal femicidio de Leila Rodríguez, un crimen que conmocionó a toda la provincia. La joven fue asesinada por su ex pareja, quien la dejó en un descampado del departamento de Ullum, tapada con ramas y con signos evidentes de violencia. Paula Morales, la madre de Leila, rememoró ese fatídico día en una entrevista con Canal 13, revelando detalles impactantes y dolorosos de lo ocurrido.

Paula Morales recordó que no había señales previas de violencia por parte de la ex pareja de Leila. "Ella nunca dijo que estuvo expuesta a situaciones de violencia. No tuvimos nunca una alerta", dijo Paula. "Estuvimos el 26 de junio en el cumpleaños de un sobrinito. Leila trabajó ese día porque jugó Argentina y cuando volvimos del cumpleaños, ella me dijo que ya volvía", dijo. "Siempre estaba con el teléfono en la mano. Era una niña que estaba con su hijita muy pendiente, era muy mamá", mencionó. "Me acosté con mi nieta Ámbar en la habitación de ella y lo último que le dije fue que, cuando volviera, se acostara en mi cama. Esas fueron las últimas palabras que nos dijimos y nunca más la volví a ver", aludió.

El día siguiente, Paula notó la ausencia de Leila y comenzó a preocuparse. "A las 10:30 de la noche me di cuenta que no estaba. Tenía que ir a su trabajo al día siguiente y su hermana me dijo que no estaba", mencionó. "Ella era de salir, pero nunca se iba hasta tan tarde. Pensé que se había quedado con alguna amiga o con algún chico. Ya estaba separada desde hacía más de tres meses y siempre se peleaba con Pacheco, pero esta vez se estaba poniendo más fuerte y diciéndole que no", detalló.

A las 10:30 de la mañana, Ámbar debía ir al jardín maternal y Paula se alarmó al ver que Leila no la había llevado. "Me llamó la atención que no la fuera a buscar. Todos llamaban para preguntar dónde estaba", añadió. "Resultó ser que estaba enfrente de mi casa, en la acequia. La encontraron como a las 4:30 de la tarde del día 27. Unos vecinos caminando la vieron. La señora me hacía señas y no le salían las palabras. Me imaginé que era ella, pero nunca pensé encontrarla así", comentó.

Paula Morales relató el horror de ese momento y la incredulidad inicial sobre el culpable. "Nunca se me vino a la cabeza que podría haber sido él, porque era la madre de su propia hija. Me lo preguntaron y no podía creer que podría haber sido él. Nunca lo escuché decir ni una mala palabra delante mío, nunca tuvo un grito hacia mi hija ni hacia mis nietas", apuntó.

El día 28, Paula recibió la noticia devastadora de que Pacheco había sido el autor del crimen. Además dijo: "Me corrió un fuego de la planta de los pies a la cabeza y una desesperación por ir a buscar a mi nieta. En el vaivén de los trámites, le había pedido a él que fuera a buscar a la nena. Mi nieta pasó las primeras horas con la familia del asesino, porque yo necesitaba encontrar a mi hija".

Hoy, Ámbar vive con su abuela Paula, quien se ha convertido en su principal sostén. "La nena sigue conmigo. La resolución judicial dio a Pacheco prisión efectiva. Ámbar me da fuerza para seguir. Si ella no estuviera, yo no podría haber seguido", mencionó. "Ella es la razón por la que sigo luchando. Soy la voz de mi hija y mientras esté viva, seré la piedra en el zapato de Pacheco", explicó.

Paula recordó los primeros días con Ámbar tras el asesinato. "Fue muy difícil. Ella pensaba que su mamá la había abandonado y me pedía que llamara a su papá para que la llevara a ver a su mamá. Tenía mucho odio hacia su mamá, creía que la había abandonado. No podía decirle la verdad, así que la llevé al psicólogo. Le expliqué que su papá se había portado mal y que su mamá no podía venir. Con el tiempo, empezó a entender".

Hoy, con 9 años, Ámbar tiene una mejor comprensión de lo ocurrido. "En junio, en vísperas del Día del Padre, me miró y me preguntó si era verdad que su papá había matado a su mamá. Le confesé la verdad y pidió que su papá nunca la fuera a buscar. Desde entonces, nunca más me preguntó nada".

Paula Morales concluyó con un mensaje para otras mujeres: "A todas esas chicas que las mandan al hospital, que las golpean, piensen en sus criaturas, en sus niños y en ustedes mismas. Nosotras podemos. Pidan ayuda y, si tarda en llegar, agarren el documento, la ropa y váyanse. Van a poder solas".