Ludopatía: el enemigo silencioso que se vuelve una adicción
El juego patológico se manifiesta en la incapacidad para controlar el deseo de efectuar apuestas y como consecuencia, puede generar la destrucción del capital económico, afectivo, familiar y social de una persona.
Las ludopatías son llamadas también trastornos del juego, lleva a las personas a apostar en juegos de azar o permanecer muchas horas frente a las pantallas de videojuegos de un modo incontrolable, incluso perdiendo noción del tiempo.
Esta problemática puede estimular el sistema de recompensa del cerebro de forma similar a como lo hacen las drogas ilícitas o el alcohol, lo que significa generar una adicción.
De acuerdo al informe presentado por Mayo Clinic, una entidad de investigaciones médicas de prestigio internacional, cuando alguien tiene un problema con el juego compulsivo, es posible que haga apuestas continuamente que lo lleven a perder, agotar tus ahorros y endeudarse. Es posible que la persona también oculte su comportamiento e incluso recurra al robo o a las estafas con el fin de alimentar su adicción.
El juego compulsivo es una afección grave que puede destruir vidas. Aunque tratar juego compulsivo puede ser desafiante, muchas personas que luchan contra este han encontrado ayuda mediante el tratamiento profesional.
Sus síntomas mas visibles son:
-Los signos y síntomas del juego compulsivo (trastorno del juego) pueden incluir los siguientes:
-Estar preocupado por apostar, como planificar actividades con apuestas constantemente y por cómo obtener más dinero para apostar.
-Necesidad de apostar cantidades cada vez mayores de dinero para sentir la misma emoción.
-Intentar controlar, corregir o abandonar las apuestas y no poder hacerlo.
-Sentirse intranquilo o irritable cuando se intenta dejar las apuestas.
-Apostar para evadir los problemas o aliviar sentimientos de impotencia, culpa, ansiedad o depresión.
-Intentar recuperar el dinero perdido apostando más (recuperar las pérdidas).
-Mentir a tus familiares o a otras personas para ocultar la gravedad de la manera en que juegas compulsivamente.
-Poner en riesgo o perder relaciones importantes, un trabajo u oportunidades educativas o laborales debido al juego compulsivo.
-Pedirles a otras personas que te saquen de apuros financieros porque perdiste tu dinero apostando.
La mayoría de los apostadores que simpatizan con esta forma de juego, dejan de apostar cuando pierden o establecen un límite de cuánto dinero están dispuestos a perder. Sin embargo, las personas con un problema de juego, sienten el impulso de seguir jugando para recuperar su dinero, un patrón que se vuelve cada vez más destructivo con el tiempo. Algunas personas pueden recurrir al robo o al fraude para obtener dinero para apostar.
Aunque la mayoría de las personas que juegan a las cartas o apuestan nunca desarrollan un problema con el juego compulsivo, existen algunos factores que suelen asociarse con este:
-Problemas de salud mental. Las personas que juegan compulsivamente suelen tener problemas de abuso de sustancias, trastornos de la personalidad, depresión o ansiedad. El juego compulsivo también puede estar asociado con trastorno bipolar, trastorno obsesivo compulsivo o trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
-Edad. El juego compulsivo es más común en personas jóvenes y de mediana edad. Jugar compulsivamente durante la infancia o la adolescencia aumenta el riesgo de desarrollar una adicción por este tipo de juegos. Sin embargo, el juego compulsivo en la población de adultos mayores también puede ser un problema.
-Sexo. El juego compulsivo es más común en hombres que en mujeres. Las mujeres que juegan compulsivamente suelen empezar a jugar a una edad más avanzada y pueden volverse adictas con mayor rapidez. Sin embargo, los patrones de juego compulsivo en hombres y mujeres se han vuelto más similares.
-Influencia de familiares o amigos. Si tus familiares o amigos tienen un problema con el juego compulsivo, las probabilidades de que tú también lo tengas son mayores.
-Medicamentos que se usan para tratar la enfermedad de Parkinson y el síndrome de las piernas inquietas. Los medicamentos llamados agonistas de la dopamina tienen un efecto secundario poco frecuente que puede provocar comportamientos compulsivos, incluido el juego compulsivo, en algunas personas.
-Ciertos rasgos de la personalidad. Ser muy competitivo, adicto al trabajo, impulsivo, inquieto o aburrirse fácilmente pueden aumentar el riesgo de desarrollar un problema de juego compulsivo.
El tratamiento del juego compulsivo puede ser desafiante. Eso se debe, en parte, a que a la mayoría de las personas les cuesta admitir que tienen un problema. Sin embargo, una parte importante del tratamiento consiste en reconocer que eres un jugador compulsivo. Si tu familia o tu jefe te presionaron para que hicieras terapia, es posible que te resistas al tratamiento. Tratar un problema de adicción al juego puede ayudarte a recuperar la sensación de control y, posiblemente, a sanar las relaciones o finanzas dañadas.
Ante cualquier consulta, es necesario ir a un Centro de Salud.