Tras la tragedia, Ana y sus hijos cumplieron el sueño de la casa propia
En vivo en Tarde Trece habló la mujer que perdió a su marido en un choque en Ruta 40 y Calle 11 cuando volvían de entregarle una carta al presidente pidiéndole una casa.
Con lágrimas que se mezclan entre alegría y tristeza, Ana y sus hijos recibieron este 27 de octubre las llaves de su casa. Desde este jueves, la familia vivirá en una de las viviendas del Barrio San Cayetano de Chimbas que fue entregado con la presencia del gobernador Uñac.
Horas más tarde de esta gran alegría para Ana Oviedo y sus hijas e hijo, el móvil de Canal 13 se acercó a la flamante vivienda y conversó con la protagonista de una de las noticias que más conmovió a los sanjuaninos en este año. ‘Todavía no caigo, la alegría es inmensa, pero a la vez siento tristeza porque mi marido ya no está con nosotros’, expresó conmovida la mujer.
Ana Oviedo y Roberto Peralta, un joven matrimonio con dos hijas y un hijo, el pasado 19 de mayo se dirigían hacia un barrio en Pocito en donde Alberto Fernández, de visita en la provincia, estaba recorriendo las obras en el lugar. El objetivo de esta pareja fue entregarle una carta al presidente en donde pidieron que les cumpliera uno de sus máximos anhelos: el sueño de tener su casa propia.
No llegaron a destino. No pudieron entregar la carta. En Ruta 40 y Calle 11 protagonizaron un accidente cuando un camión impactó al Chevrolet Corsa en el que viajaban. Roberto perdió la vida en el acto, pero Ana, que quedó atrapada en el vehículo, quedó muy grave. El pronóstico de vida era casi nulo, según lo señalado por los médicos que la atendieron en el Hospital Rawson.
Los días fueron pasando y la mujer se fue recuperando increíblemente. En el hospital se enteró que su compañero había fallecido. Fueron momentos difíciles para ella, y ni hablar para sus hijos. Pero Ana siguió adelante por sus pequeños. ‘Tuve que ser fuerte, seguí adelante por mis hijos, porque quería cumplir el sueño de la casa propia, porque era algo que queríamos los dos, que deseábamos’, expresó.
‘Todavía no caigo, recién ahora estoy cayendo. Es una mezcla de sensaciones porque tenemos por fin nuestra casa, pero nos gustaría compartir con él, con el que soñábamos y nos esforzábamos por tener una casa para que les queda a nuestros hijos’, manifestó la mujer que hace dos meses volvió a hacer pan para sacar adelante a su familia.
Luego Ana contó que tras la entrega de las llaves de su casa soltaron globos en honor a Roberto. ‘Han sido difíciles, todavía no sé cómo pasaron cinco meses ya. Hacen dos meses que volví a trabajar y estoy agradecida a toda la Municipalidad de Capital y en especial a mis compañeros que me dieron una mano, y siempre están conmigo’, contó.
Ana comentó que ella sabía que el presidente se había enterado de su caso. Esto le hizo retomar valor y seguir golpeando puertas en búsqueda de tener su casa propia. ‘Desde Gobierno me dijeron que tenía que esperar, pero la semana pasada nos avisaron que el gobernador le había dado la orden al Interventor del IPV que nos tenían que resolver el problema de inmediato, por lo que estoy más que agradecida’.
Pero las alegrías no quedaron en la entrega de su vivienda en Chimbas. Estas mujeres junto a sus hijos recibieron la confirmación de que un compañero de trabajo de ella les iba a construir un horno de barro para que pueda continuar óptimamente con su trabajo de hornear pan.
En el final de la entrevista, Ana miró a un costado, donde se encontraban un puñado de personas. Eran familiares y amigos de la familia que alegres por esta noticia se acercaron a felicitarlos y compartir la alegría con esta familia, tras haberlos acompañados en los más duros momentos.
'A mí los médicos no me daban mucha expectativa de vida. Hace poco cumplí años y no me lo quería festejar, pero una de mis tías me dijo que a ellos los médicos les habían asegurado que como tenía el 40% de mi cuerpo comprometido tenía poca esperanza de vida, por lo que tenerme con vida junto a ellos y festejar era necesario para ellos’, cerró la mujer que nunca olvidará este jueves en donde le entregaron las llaves de su casa. Esa casa propia con la que soñaban con su marido, y que ahora ella y sus hijos disfrutarán.