Un R12 con mucha historia: una pérdida desgarradora y un final feliz
El vehículo terminó siendo el hilo conductor de dos realidades bien distintas. La muerte de un hermano, una rifa y un ganador con un enorme gesto.
Un Renault 12 terminó siendo el hilo conductor de dos realidades bien distintas. Por un lado, el dolor de una familia por la pérdida de un ser querido. Por el otro, un empleado de un lubricentro que este viernes fue sorprendido con el regalo de un auto.
La historia comenzó a escribirse a comienzos de enero de este año. Hugo Castro y su madre, viajaron de urgencia a San Juan cuando les avisaron que, Mario, hermano e hijo de estos, estaba internado en grave estado tras un accidente doméstico.
'Somos sanjuaninos y hace un tiempo estamos en Ushuaia. Hace 3 semanas nos enteramos que mi hermano tuvo un accidente doméstico. Le dio la corriente, fue a hacerse atender y nos dijeron que se le habían reventado los intestinos. Cayó internado y estaba grave por eso decidimos viajar urgente con mi madre. Nos vinimos con lo puesto dejando casa y trabajo atrás’, había relatado Hugo en ese momento a Canal 13 a mediados de febrero.
Mario pasó por varias operaciones, pero lamentablemente el 30 de enero falleció. Mientras él estuvo internado, su hermano, pensó en como solventar los gastos de su madre, su cuñada y los suyos. En el caso de su mamá y suyo, porque no disponían del dinero para costear los pasajes para regresar a Ushuaia. En el caso de la viuda de su hermano, porque en ese momento no tenía otro ingreso de dinero, ya que Mario era el sostén de su familia. Y cuando su pareja falleció, su situación se agudizó.
Hugo puso a andar su idea para solventar gastos: una rifa con premios donados por familiares y amigos que conservaban en la provincia. El precio de cada número fue solo de $500 y se sorteaba una cena, tatuajes, depilación definitiva, un corte de pelo,etc. Sin embargo, lo que más llamaba la atención era la posibilidad de ganarse un Renault 12.
En su momento, el hermano de Mario había contado a Canal 13, que fue Leo, un amigo dueño de una casa de comidas, quien se lo donó para que la rifa tuviese un atractivo mayor. ‘El auto lo tenía como inversión ya que tenía otro vehículo mejor en su poder. Está completamente en regla, con los papeles al día y en muy buenas condiciones, quien se lo gane no tiene que preocuparse por el tema papeles porque tengo una cuñada que es gestora y se encargará'.
Como era de esperarse, a los números, prácticamente se los sacaron de la mano. La posibilidad de tener un auto con solo comprar un número a $500, era toda una ‘bicoca’. El día que la familia del fallecido eligió para realizar el sorteo fue el 15 de marzo. Esa fecha es por demás especial para ellos, ya que ese día Mario hubiese cumplido 36 años.
‘Como les había dicho en su momento a ustedes, yo estaba esperanzado de que mi hermano estuviera con nosotros para entregar los premios, pero las cosas se dieron así. De todos modos, sé que él estuvo con nosotros cuando los entregamos. A él le gustaba mucho ayudar, siempre estuvo atento a eso’, expresó Hugo a Diario 13.
A la desgarradora primera parte de la historia, le siguió un final más que feliz para el ganador del Renault 12 y el que pasó a ser dueño del preciado vehículo.
Diego Amado, el dueño de un lubricentro ubicado en Santa Lucía fue el gandor del jugoso premio. El afortunado, no se quedó con el auto, sino que decidió regalárselo a Juan, su empleado.
En conversación con Diario 13, Diego contó que compró tres números para colaborar con su amigo de Gustavo, otro de los hermanos de Mario. ‘Sinceramente me había olvidado, nunca vi la fecha del sorteo, la idea era colaborar. Me llamó a la noche Gustavo, ese día que fue el sorteo, y fue toda una sorpresa. Yo cuando compré los números pensé en Juan, que si me lo ganaba el auto iba para él, porque se lo merecía’, detalló el comerciante.
‘Hace dos años tengo el lubricentro, y él, en los meses que lleva trabajando conmigo me ha dado una gran mano, es muy responsable. Es un pibe que se lo merece. Al ser un negocio chico, uno como empleador no tiene para pagarle a un empleado como se lo merece, pero necesito una mano, él viene me da una mano y le pone la mejor, por lo que pensé que se lo merecía’, reveló.
Casi entre risas, por acordarse de lo lindo del momento, Diego relató que este viernes, cuando tocó el turno de ir en búsqueda de su premio, le pidió a Juan que lo acompañe a buscar unos filtros. ‘Fue engañado, lo llevé derecho para allá y se emocionó hasta las lágrimas, me agradeció’, contó el ganador del Renault 12, que luego añadió que todo se dio muy rápido, ya que como tenían que abrir el negocio, se vinieron en el auto, lo dejaron en la puerta y se pusieron a trabajar. ‘Allá está el auto, todavía ni yo caigo, está muy feliz él y yo por él’, cerró Diego con una notable felicidad.