Un violento altercado entre vecinos en el Barrio San Juan de los Olivos, en Rivadavia, culminó con una condena judicial para Miguel Adolfo Carmody, de 63 años, por agresión y tenencia ilegal de armas de fuego. El hecho, ocurrido el pasado 4 de enero.

Según la denuncia presentada por Ariel Vargas, la situación se desencadenó cuando este se acercó a devolver un barral que Carmody le había prestado para limpiar piletas en el barrio. Al llegar al domicilio del imputado, Carmody intentó golpearlo con el mismo barral y, posteriormente, ingresó a su vivienda para sacar un arma de fuego de gran tamaño. Usando la culata del arma, golpeó a Vargas en la cabeza y el tórax, además de causar daños a su motocicleta marca Guerrero.

 La denuncia de Vargas dio lugar a un allanamiento en el domicilio de Carmody el pasado 6 de enero, donde las autoridades encontraron un arsenal compuesto por una carabina calibre .44 marca Winchester, una carabina de aire comprimido calibre 4,5 mm, una pistola calibre .22, una pistola calibre 6 mm marca Flovert, una pistola Mauser calibre 7,63 mm y cuatro réplicas de armas en versión miniatura.

Tras la pericia de los elementos incautados, se determinaron que una de las armas de uso civil y una de uso de guerra estaban aptas para disparar. Carmody no poseía autorización legal para ser tenedor de dichas armas, lo que agrava la situación en términos de seguridad pública.

Este jueves y mediante un juicio abreviado, Carmody fue condenado a dos años de prisión condicional por los delitos de tenencia de arma de fuego de uso civil sin autorización y tenencia de arma de fuego de guerra sin autorización, en concurso real. Además de la pena condicional, deberá cumplir con una serie de reglas de conducta durante el mismo período. Establecer domicilio real y someterse al control de la Oficina de Medidas Alternativas, abstenerse del consumo de estupefacientes y bebidas alcohólicas de forma abusiva, mantener prohibición de acercamiento y contacto con Ariel Vargas, ya sea de manera directa oa través de terceros, en cualquier medio.

Las armas secuestradas fueron decomisadas por orden judicial, y Carmody deberá afrontar las costas del proceso.