La operación 'doble-G' en la interna peronista
El pacto de unidad está muy avanzado, pero todavía no cerraron la incorporación de Gramajo. El giojismo salió fuerte a contener al chimbero.
José Luis Gioja le dio el visto bueno a Sergio Uñac para convocar a reunión del Consejo Provincial del PJ el próximo lunes 24 de junio. Será el banderazo de largada para el calendario interno que apunta a renovar autoridades el 11 de agosto. El clima de acuerdo es palpable. La lista de unidad todavía se está conversando, pero saldrá. ¿Cómo encaja Fabián Gramajo en este esquema?
La pregunta todavía no tiene respuesta. Pero sí una fuerte señal del giojismo, que salió a operar para contenerlo. El propósito es evitar que rompa y se aventure en la presentación de una lista por fuera del esquema de unidad. O, peor aún, que se declare enojado y directamente se niegue a participar. Como dijo Gioja en aquella campaña histórica del año 2003: 'nadie sobra, nadie está de más'.
Entonces, no se trata de pagar caro a Gramajo. Sino de reconocer que el peronismo no está holgado de dirigentes. Cualquier fisura, cualquier filtración, significará seguir debilitándose. Si el PJ tiene un rasgo característico es su vocación de poder.
En 2019 Gioja acuñó otra frase que hoy cobra valor, en el marco de esta reconstrucción partidaria: 'unidad hasta que duela'. Lo dijo en contexto nacional, cuando aún gobernaba Mauricio Macri y reunir a Cristina con Sergio Massa y los gobernadores parecía utópico. Si se pudo allá, también debería ser posible reeditarlo aquí, a menor escala, en San Juan.
'Unidad hasta que duela', repitió este miércoles en Banda Ancha el ex candidato a intendente de Rivadavia Facundo Perrone, pupilo de Daniel Tomas y miembro de la mesa chica del giojismo. A lo largo de toda la entrevista atenuó sus críticas a Uñac y se mostró listo para mirar hacia adelante.
No es un librepensador. Tiene un GPS marcado por el mismo Gioja. Por lo tanto, hay que interpretar sus movimientos como el plan de acción política que ya está en funcionamiento. Lo pasado, pisado. La autocrítica ya se hizo. Cada uno cargará con la mochila que le toque. Hoy la prioridad es zafar de la sangría intestina.
En esta lógica, Perrone empezó a entregar su militancia por las fechas. Hasta no hace mucho, él era uno de los portavoces del giojismo que presionaba a Uñac para realizar la interna peronista sanjuanina junto con la nacional, el 17 de noviembre. Uñac, en cambio, insistía con el 11 de agosto.
En una admisión tácita de que perdió la pulseada, Perrone dijo este miércoles que 'la fecha es secundaria'. Dicho en otros términos: el acuerdo entre Gioja y Uñac incluye liquidar todo cuanto antes, por consenso, y más adelante ver cómo evoluciona lo nacional.
No es el único punto de coincidencia. El voto de Uñac contra el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones o RIGI fue una prenda de unidad bien valorada por el giojismo. Lo reconoció Perrone en Canal 13. Le facturó muy al pasar que sus diputados habían votado a favor... Pero bueno, nada que no se pueda remediar en un par de semanas teniendo en cuenta que la Ley Bases volvió a la Cámara Baja.
La lista de unidad no está cerrada, pero si ambas cabezas del partido resolvieron ponerse plazo es porque entienden que hay chances de acordar en el puñado de semanas que quedan por delante. En esa trenza entrará Gramajo.
El chimbero sigue recorriendo la provincia con el afán de armar estructura propia. Su mayor desafío es demostrar que no se quedó encapsulado en su departamento sino que puede aspirar al ascenso. Por su temperamento, se ganó la mirada recelosa de los compañeros. De un lado y del otro. Del uñaquismo y del giojismo también.
'Fabián es un gran compañero, es un gran dirigente, fue un gran intendente y es muy valioso para el PJ', dijo Perrone. Así, con estas palabras. Sin escatimar esfuerzos. ¿Lo hizo a título personal? Para nada. Más que nunca actuó como vocero del giojismo
Según dijo un alto dirigente justicialista, hoy le toca a Gioja estirar mucho el brazo para abrazar a Gramajo. Uñac puede ser un poco más reticente.
Hay un abanico de dirigentes departamentales que están mirándolo al senador con atención, prestos a quejarse cuando haya cualquier desequilibrio en el reparto. En especial, cuando haya alguna concesión particular para el chimbero.
¿Cómo se arregla esto? Con política. Es la operación 'doble G' en la interna peronista.
JAQUE MATE