Según un ex funcionario de la Alianza, el gobernador Alfredo Avelín le hizo un pedido especial al ministro de Economía, Enrique Conti, apenas llegaron al poder en diciembre de 1999. El bloquista debía encontrar una supuesta libretita del ex ministro de la Producción de Jorge Escobar, Guillermo De Miguel, con anotaciones similares a los cuadernos de Oscar Centeno.

El manuscrito nunca apareció. Tal vez haya sido solo una leyenda popular. Lo que sí quedó fue la respuesta de Conti para Avelín, ante la insistencia del gobernador cruzadista. Según reveló la fuente, el ministro le dijo a Don Alfredo que la libretita no estaba. Y le puso punto final a la persecución con una reflexión metafórica:

Si el espejo retrovisor del auto es mucho más pequeño que el parabrisas, es porque no se puede conducir mirando hacia atrás.

A la postre, no hubo denuncias. Ni carpetazos. En aquella época se conformó una comisión investigadora en la Cámara de Diputados para analizar el régimen de diferimientos impositivos y el residual del Banco San Juan. No hubo denuncias. Ni carpetazos. Un poco más tarde, ya con gobiernos justicialistas nuevamente, la Legislatura investigó la obra pública. Tampoco hubo denuncias. Ni carpetazos.

Esta rápida mirada por el espejo retrovisor no apunta a quedarse en el pasado. Muy por el contrario. Implica entender el rumbo fijado por el gobierno de Marcelo Orrego.

Fue explícito el ministro de Infraestructura, Agua y Energía, Fernando Perea, este miércoles en Banda Ancha. Dijo que cuando terminen los barrios que quedaron de la gestión anterior, todo nuevo complejo habitacional será adjudicado por el IPV previa licitación.

¿Quiso decir que el gobierno de Sergio Uñac elegía las empresas discrecionalmente? Perea evitó acusar. Simplemente dijo que la administración previa tuvo otra metodología. ¿Acaso detectaron alguna irregularidad? La respuesta fue política: decidieron mirar hacia adelante.

Inmediatamente advirtió que no encontraron ninguna inconsistencia a lo largo del semestre transcurrido y que, en caso de aparecer alguna duda, se llevará a la Justicia. No es ni será prioridad, en absoluto. La energía está puesta en reactivar la obra pública que sufrió la motosierra de los fondos nacionales.

El pasado pisado. Esa parece ser la regla general. No solo a nivel provincial sino también en los municipios. Por eso provocó tanto estruendo la denuncia que hizo el intendente de Calingasta, Sebastián Carbajal, contra su predecesor, Jorge Castañeda.

Primero se filtró un audio de Whatsapp de Carbajal. Luego el intendente tuvo que hacerse cargo del contenido y ratificar que está preparando la denuncia penal para esclarecer una serie de cuentas que no le cierran.

Fue la bomba política de la semana, porque Carbajal y Castañeda compartieron boleta. Ambos fueron en la lista de Uñac. No es difícil imaginarse que la relación entre el intendente y el diputado departamental quedó herida de muerte para el resto del mandato.

Varios ex intendentes pasaron a la Legislatura el 10 de diciembre, como Castañeda. Es el caso del jachallero Miguel Vega, fuertemente enfrentado con su sucesor, Matías Espejo. El nuevo jefe comunal encargó una auditoría general para deslindar responsabilidades. Pero el asunto no llegó a mayores.

Ni siquiera donde hubo cambio de color político explotaron denuncias contra la administración anterior. Por ejemplo, Capital. La intendenta Susana Laciar detuvo el concurso de ingreso de personal a planta permanente que había dejado encaminado Emilio Baistrocchi. Acusó falta de factibilidad económica y también alguna cuestión administrativa que requería mayor prolijidad. Pero nada más.

Como le dijo Conti a Avelín, si el espejo retrovisor es mucho más pequeño que el parabrisas, es porque no se puede conducir mirando hacia atrás. La moraleja se aplica a un sistema de delicados equilibrios, donde la ruptura de relaciones siempre será la última opción. Sobre todo cuando los Ejecutivos están en desventaja numérica en la Legislatura.

Pero aun cuando las mayorías fueron oficialistas, como pasó en los 20 años de gobiernos justicialistas, la oposición decidió acompañar sin fuertes embates.

Los más radicalizados -Marcelo Arancibia, por citar un ejemplo- cuestionaron durante mucho tiempo a los basualdistas por ese temperamento dialoguista, por su permanente colaboración parlamentaria con José Luis Gioja primero y con Uñac después. A la postre, hoy le toca a Producción y Trabajo administrar la cosa pública. Y al PJ, dar gobernabilidad.

Es un pacto no escrito, pero sí descrito con la metáfora de Conti. La vista, siempre hacia adelante.


JAQUE MATE