La victoria argentina en la Copa América tuvo toda la épica que podía esperarse y más. De visitante, contra Brasil, en el Maracaná, con la prensa especializada descreída de la estrategia obsesivamente defensiva de Lionel Scaloni, y finalmente también, con un clima conspirativo en la AFA (cuándo no). Pero como suele suceder en el fútbol, los resultados se obtienen dentro del campo de juego. Y aún contra el pronóstico más agorero, hubo punto final para 28 años de sequía. Se desahogó Lionel Messi de tantas frustraciones con la albiceleste. Y quedó también una estela política para anotar.

Porque política y fútbol siempre fueron de la mano, es innegable. Aún cuando el perfil de La Pulga sea muy diferente al de Diego Maradona y su devoción por Cristina, el Che y Fidel, la Selección Nacional siempre dejará aprovechamientos y repercusiones para utilidad del operador de turno. Por un día, por un par de horas al menos, la grieta quedó de lado. La camiseta abrazó a todos y todas en esas plazas repletas de hinchas, despreocupados del riesgo de contagio, del distanciamiento social, del tapabocas. No fue un acto de rebeldía contra las autoridades sanitarias, sino un dique de contención roto luego de un año y cuatro meses de prohibiciones.

Los contagios sucedieron y se verán reflejados en las estadísticas del 20 al 21 de julio, según el pronóstico del investigador del Instituto de Automática, Daniel Patiño. El gobierno a través de la Secretaría de Seguridad apenas emitió un tímido comunicado el sábado en la víspera del partido, para instar a la población a quedarse en casa. Por supuesto no funcionó. Por supuesto la multitud ganó la calle y... mañana será otro día.

Cabe insistir en el punto: no fue un acto de rebeldía, desobediencia u oposición a las medidas sanitarias. No hubo quema de barbijos ni carteles ofensivos. Todo fue amor por la camiseta, sin River ni Boca. Sin grieta.

El combo perfecto también tuvo onda expansiva política. La foto de Messi abrazado con Claudio 'Chiqui' Tapia se tornó invaluable. El cuestionado presidente de la AFA tuvo una inyección de poder para resistir mejor los intentos por desplazarlo. Hay una intrincada madeja que termina en Marcelo Tinelli como candidato para quedarse con el sillón de Don Julio Grondona.

Pero aparentemente el castillo de naipes no está tan frágil como pareció en algún momento. De sanjuanino a sanjuanino, Jorge Miadosqui se plantó contundente este lunes en Banda Ancha en defensa del 'Chiqui'. El verdinegro tiene varias batallas peleadas en el campo de la política deportiva, maneja bien los tiempos. El momento de marcar posición es propicio, justo en plena ola victoriosa.

Miadosqui habló de la compleja logística que hubo que prever para llevar a la Selección a buen puerto. Cada uno dentro de la burbuja fue hisopado 30 veces en 50 días, por ejemplo. Todo esto fue resuelto por la AFA, como era debido. Pero para el verdinegro vale doble el empeño porque no siempre fue igual.

'Yo estuve antes de que llegara él. Puedo comparar y te diría que teníamos muy poco y hoy tenemos todo', dijo en una cruzada de reivindicación para el 'Chiqui'. Aseguró que 'tenemos un predio del primer mundo', que 'esto permite que los jugadores tengan un sentido de pertenencia', y que finalmente la Selección Argentina va a lograr 'objetivos importantes'. En un parpadeo habrá que pensar en las eliminatorias para el mundial de Qatar.

Una cosa trae la otra. Que siga Tapia en la AFA implica que la Selección pueda tener un vínculo más cercano con San Juan. Por eso Miadosqui lanzó con tono de primicia en Canal 13, que la Scaloneta vendría al Estadio del Bicentenario entre septiembre y octubre. Esta selección coronada de gloria. La de Messi, Ángel Di María y el Dibu Martínez.

Tema aparte será la pretensión de abrir aunque sea una mínima cuota de público para presenciar el partido, aunque más no fuera un amistoso. Dependerá por supuesto de la pandemia y del ritmo de vacunación. Pero fundamentalmente, dependerá de la voluntad de la AFA.

La euforia albiceleste desbordó por los cuatro costados y le pasó por encima a la grieta. Tanto fue así que César Luis Menotti llegó a incomodar a Alfredo Leuco con una catarata de elogios a la gestión de Tapia, ¡el yerno de Hugo Moyano! El DT ganador del mundial de 1978 defendió algunos aciertos de la conducción de la AFA, particularmente el criterio de haber sostenido a Scaloni y su equipo de colaboradores el tiempo suficiente para que pudieran afianzar un esquema de juego. Que no es el que les agrada a todos, pero finalmente resultó efectivo a la hora de lograr los resultados.

Pero el festejo se irá apagando, la realidad volverá a asaltar cada hogar, dejando para la memoria aquel sábado o madrugada de domingo de felicidad. Los enojos y las diferencias necesariamente retomarán su lugar, el de siempre. La grieta se sacudirá los papelitos. Tapia tendrá que pelear por su permanencia, aunque esta vez lo hará con el respaldo de la copa y el abrazo con Messi. San Juan estará atenta a ese culebrón futbolero.


JAQUE MATE