Noelia Mespollet, instructora de yoga y especialista en yoga para niños, destaca los múltiples beneficios que esta disciplina puede ofrecer desde la primera infancia. En una entrevista con Banda Ancha, Mespollet explicó la importancia de iniciar el yoga a una edad temprana y cómo esta práctica puede influir positivamente en el desarrollo de los niños.

"El yoga para niños es fundamental porque les permite entrar en contacto con su cuerpo, sus límites y con ellos mismos desde muy pequeños," señaló Mespollet. "Es una herramienta que no solo fomenta la conexión física, sino también mental y emocional. Hoy en día, vemos una mayor apertura social hacia esta disciplina, y se está incluyendo en diferentes ámbitos.", dijo. 

En cuanto a la edad ideal para comenzar, Mespollet explicó que los niños pueden empezar a practicar yoga a partir de los dos años, aunque esto depende de cada instructor y su metodología. Por ello mencionó: "Cada práctica se aborda desde una perspectiva diferente. Al principio, los niños necesitan tiempo para acostumbrarse, pero una vez que se conectan con el yoga, les encanta. Es una experiencia que les permite descubrirse a sí mismos, generar felicidad y disfrutar."

La instructora enfatizó que el yoga aporta herramientas cruciales para el futuro de los niños, especialmente en términos de control y autorregulación. "El yoga ofrece beneficios tanto fisiológicos como mentales. Ayuda en el movimiento de las articulaciones y en ejercicios de concentración, lo que permite a los niños entender el verdadero ritmo de su cuerpo. En una sociedad donde todo es tan rápido, el yoga les ofrece una pausa necesaria," explicó.

Mespollet también habló sobre el aspecto espiritual del yoga y cómo esta práctica ayuda a los niños a conectarse con sus emociones. "Se genera un ambiente de calma donde, a través de diversos recursos, los niños pueden relajarse. Algunos niños pueden necesitar más tiempo que otros, y es importante respetar los tiempos y límites de cada uno," afirmó.

Además, Mespollet destacó la flexibilidad de las clases, donde los niños pueden asistir acompañados de sus padres si lo necesitan. "En las clases de yoga, adaptamos la práctica según cómo funcione el grupo. Es una provisión continua para ver cómo cada niño se conecta con la disciplina," concluyó.