El 2024 en cinco claves caprichosas
La motosierra, el fenómeno, el escudo, el silencio productivo y los peronistas clásicos. Cinco aspectos para entender el año que termina y el que viene.
Llegó el último Jaque Mate del año y en un océano de posibilidades editoriales la mejor opción fue proponer las cinco claves del 2024 que termina. Cinco claves caprichosas, arbitrarias, pero fundadas. Las que mejor pueden describir este período que funcionó como bisagra para los argentinos y para los sanjuaninos.
1- La motosierra. Llegó el ajuste y casi nadie se quejó. Salvo las universidades públicas que llevaron a cabo dos marchas multitudinarias, el resto de los sectores solo protestó tímidamente. En Buenos Aires funcionó el protocolo antipiquetes para echar de las calles a toda voz disidente. En San Juan no hubo protocolo antipiquetes por decisión política de Marcelo Orrego. No fue necesario. Aquí la protesta no se sintió.
2- El fenómeno. Javier Milei rompió el molde de la política y de los presidentes. Con un discurso disruptivo, lindante con lo bizarro muchas veces, logró superar los primeros 12 meses de gestión con un acompañamiento del orden del 50 por ciento, ayudado por el desorden opositor. Prácticamente sin legisladores propios, cooptó al PRO de Mauricio Macri, a los radicales con peluca y hasta algunos justicialistas pragmáticos para lograr la sanción de la Ley Bases, una verdadera aplanadora impensable en otros tiempos.
3- El escudo. Marcelo Orrego se dedicó a generar políticas contracíclicas para atenuar los impactos de la motosierra libertaria. Aunque la provincia perdió recursos por todos lados y tuvo que arreglárselas solo con la coparticipación, absorbió ítems como el Fondo de Incentivo Docente y Conectividad, la cobertura del programa Incluir Salud, el subsidio al transporte público, la obra pública por completo, empezando por las viviendas.
4- Silencio productivo. A diferencia de Milei, Orrego cuidó las relaciones políticas con todo el arco. Logró superar las primeras tensiones con el uñaquismo, que sufrió desgranamientos en la Legislatura al poco andar y perdió su mayoría propia. A diferencia de Milei, Orrego midió sus apariciones públicas y sus discursos. El gobierno provincial se caracterizó por el silencio, los funcionarios de pocas palabras. Según las encuestas, el estilo discreto funcionó bien.
5- Peronistas clásicos. Tanto a nivel nacional como a nivel provincial el PJ volvió a apelar a las figuras que protagonizaron los últimos 20 años. Cristina Fernández de Kirchner quedó al mando del partido, como contrafigura elegida por Milei. Aunque varios sectores internos la rechazan, la ex presidenta demostró que su espacio sigue siendo más importante que otros que quisieran verla jubilada de la política. En San Juan el PJ renovó la cúpula de autoridades pero el liderazgo sigue bipartito entre Sergio Uñac y José Luis Gioja. Nada sucede sin la supervisión de uno y otro.
El combo de motosierra feroz manipulada por un presidente pintoresco, el escudo de un gobernador silencioso y la oposición en manos de los históricos, resume bastante bien el año que termina y traza la línea de largada para el 2025 electoral.
A lo largo de todo este ciclo, por Banda Ancha pasaron referentes de todos los espacios políticos y, en un abanico de contradicciones, hubo un punto de coincidencia: cada día en Argentina es una eternidad. Por lo tanto, hacer predicciones implica correr un riesgo innecesario.
De todos modos, sirve observar y describir el presente para ensayar distintos escenarios posibles.
Milei se encamina a un 2025 positivo, porque no tiene nada que perder. No tiene legisladores que perder. Cada libertario que logre entrar al Congreso Nacional será pura ganancia, a costa del PRO, la UCR o incluso el PJ.
Orrego solo pondrá en juego una banca, que necesita retener de manera obligatoria. Sin embargo, con eso no alcanzaría para festejar. A diferencia de otros comicios, este lo encuentra por primera vez en la cúspide del poder. El rendimiento de su candidato en 2025 será interpretado como la aprobación o la desaprobación de la ciudadanía hacia su gobierno.
En otras palabras, Orrego necesita dar un batacazo para enviar ese mensaje a Nación. Y a la oposición también, en menor medida.
La oposición seguirá liderada por el PJ, que tiene un piso nunca inferior al 20 o al 25 por ciento. No obstante, el peronismo se enfrenta a la posibilidad de perder una de las dos bancas que pondrá en juego. Los números ya no son lo que eran.
Su mayor apuesta sería la nacionalización del comicio. Que la pelea entre Milei y Cristina devore a cualquier otro que intente asomar, como Orrego. La receta del gobernador será provincializar, al estilo de la vieja escuela bloquista.
Así termina el 2024 y así arranca el 2025. Con nuevos estilos por un lado y viejos conocidos por el otro. Y una última clave -no tan caprichosa- para concluir este análisis: la gente quiere vivir mejor.
JAQUE MATE