Un hombre identificado como Roberto Carlos Arancibia fue condenado a un año de prisión efectiva por golpear y amenazar a su expareja. Además de desobedecer una orden judicial que le prohibía acercarse a ella. La sentencia fue emitida por la jueza Mabel Moya en un juicio abreviado, donde se unificaron penas anteriores que ya pesaban sobre el imputado.

La causa se inició el 7 de mayo de este año, cuando Arancibia, pese a las medidas de restricción vigentes, se presentó en el domicilio de su expareja. Allí, agredió a un amigo de la mujer con un golpe de puño y la atacó a ella tomándola del cuello y empujándola al suelo. Posteriormente, fue a buscar un machete y continuó con amenazas hasta que familiares y vecinos lograron que se retirara. La víctima llamó al 911 para resguardarse.

El caso fue investigado por la UFI CAVIG, con la fiscal Claudia Ruiz Carignano a cargo. La investigación reveló que, además de este episodio, Arancibia había hostigado a su expareja en reiteradas ocasiones, enviándole mensajes de texto y voz en los que la celaba y amenazaba de muerte.

La jueza declaró a Arancibia culpable de los delitos de “lesiones leves agravadas por el vínculo y por ser cometidas en contexto de violencia de género, amenazas simples y desobediencia a una orden judicial”. Por este motivo, ordenó una pena de seis meses de prisión efectiva, pero al revocar una condena anterior condicional, unificó ambas penas en un año de cumplimiento efectivo en el Servicio Penitenciario Provincial. Además, se dispuso su prisión preventiva hasta que la sentencia quede firme.

La resolución es parte de los esfuerzos judiciales para abordar y sancionar hechos de violencia de género con el objetivo de proteger a las víctimas y garantizar el cumplimiento efectivo de las medidas de restricción.